PREVENCIÓN, CORRECCIÓN-COMPENSACIÓN E INTEGRACIÓN: ACTUALIDAD Y PERSPECTIVA DE LA ATENCIÓN DE LOS NIÑOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES EN CUBA

 

AUTOR: Lic. Rafael Bell Rodríguez

Director Nacional de Educación Especial

Ministerio de Educación Cuba


INTRODUCCIÓN

El creciente reconocimiento social del papel de la escuela como el más importante agente educativo al que la sociedad le encarga directamente la noble y difícil misión de la formación de las nuevas generaciones, constituye uno de los rasgos característicos del desarrollo de la época actual.

 

Entre otros factores el crecimiento del reconocimiento social del papel de la escuela se relaciona con los requerimientos de la época en que vivimos, matizada por los resultados de la revolución científico técnica, cuyo impacto en la práctica social es tan grande y en ocasiones tan rápido, que crea la necesidad de formar a las nuevas generaciones con una concepción que asegure una mayor vigencia de los conocimientos y de sus posibilidades de aplicación en nuevas condiciones.

 

Unido a ello se ha producido un crecimiento de la conciencia social en torno a las personas con algún tipo de desviación o dificultad en su desarrollo y la necesidad de lograr mejores niveles de educación y atención general.

 

Varias han sido las acciones nacionales e internacionales que han favorecido el citado crecimiento de la conciencia social en torno al área que nos ocupa, destacándose entre ellas las siguientes:

 

   Decenio de las Naciones Unidas para las personas con discapacidad (1983-1992).

 

   Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del niño (1989).

 

   Cumbre Mundial en favor de la Infancia (1990).

 

   Conferencia Mundial Educación para todos (1990).

 

   La Resolución de las Naciones Unidas (47/3 de Octubre de 1992) proclamando el día 3 de Diciembre de cada año como Día Internacional de las personas discapacitadas.

 

   La proclamación por la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 1994 como Año Internacional de la Familia.

 

Sin embargo, estas dos tendencias relacionadas con el crecimiento social del papel de la escuela y con un mayor nivel de conciencia social acerca de las personas con algún tipo de desviación o dificultad, se producen en un contexto socioeconómico desfavorable, donde el empeoramiento de la situación económica limita, hasta llegar a imposibilitar en algunos casos, la adopción de medidas que permitan instrumentar lo que en la proyección social encuentra hoy un amplio respaldo.

 

El impacto de esta crítica situación económica se arrecia en aquellos que tienen peores condiciones para soportarla. Un segmento particularmente dramático dentro de ese grupo lo ocupan las personas con alguna dificultad o desviación en su desarrollo y que según estimados de la UNESCO conforman el 10% de la población mundial. De ellos hay unos 150 millones de niños, menores de 15 años, dentro de los que se incluyen 16 millones en América Latina, de los cuales menos del 2% recibe algún tipo de educación o preparación.

 

En franco contraste con esta situación, los resultados alcanzados por Cuba en materia educacional y particularmente en la referida a la educación de los niños con desviaciones o dificultades en su desarrollo, a pesar del empeoramiento de las difíciles condiciones económicas en las que tan humana labor se desarrolla, pueden constituir un motivo de esperanza y aliento en el noble propósito de brindar a nuestros niños, cada día, una mejor atención.

 

EDUCACION ESPECIAL NIÑOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES: APROXIMACION AL CONCEPTO

 

A lo largo de más de 34 años nuestro país ha trabajado de manera sostenida en la organización y desarrollo de diversos servicios y modalidades de la Educación Especial, como parte integrante del Sistema Nacional de Educación con acceso y gratuidad para todos por igual.

 

Hoy Cuba dispone de alrededor de 500 escuelas especiales, con una matrícula que asciende a más de 56 000 alumnos en esa modalidad, a la que están vinculados cerca de 15 000 maestros y profesores.

 

Sin embargo, ello no agota la proyección y dimensión que de la Educación Especial tenemos, y que concebimos como todo un sistema de recursos, ayudas especiales, servicios de orientación y capacitación puestos a disposición de los alumnos que presentan necesidades educativas especiales. Dentro de este sistema de recursos las escuelas especiales constituyen una modalidad, válida para aquellos niños cuyas necesidades educativas especiales los hagan tributarios de una atención más especializada.

 

Esta nueva postura de la educación especial, que ya se aprecia como cierta tendencia internacional, se fundamenta en el reconocimiento de que todos los niños, en sus esfuerzos por alcanzar los objetivos que el sistema educativo presupone, van a necesitar una ayuda intencional de los adultos.

 

Una mejor comprensión de esta aseveración se logra a la luz de los expresado en su tiempo por L.S. Vigotsky: "El niño, por su propia naturaleza, siempre resulta ser deficiente en la sociedad de los adultos...".

 

La infancia es principalmente, el período de la deficiencia y de la compensación, es decir de la conquista de una posición con respecto al todo social.

 

En el dominio amplio de la educación corresponde entonces, asumir, en nuestra expresión actualizada, la deficiencia como sinónimo de necesidad educativa y la compensación como la interiorización por el niño de la ayuda que el maestro le brinda.

 

Así, la mayoría de los niños encuentran la satisfacción de sus necesidades educativas en la ayuda implícita en todo el sistema de acciones habituales que los maestros y profesores realizan cotidianamente.

Sin embargo, hay una serie de alumnos a los que por diversas causas no les resulta suficiente la ayuda que los maestros y profesores habitualmente le brindan, es decir que requieren ayudas educativas especiales con el propósito de alcanzar los objetivos que el sistema educativo plantea. Aquí estamos, por tanto, en presencia de alumnos con necesidades educativas especiales.

 

Cuando asumimos el planteamiento de la problemática de nuestros alumnos desde la perspectiva de las necesidades educativas especiales, comprendemos las enormes posibilidades que para el trabajo pedagógico encierra esta postura, de un profundo basamento filosófico, y lo que ella implica para la preparación y sistemática actualización de los maestros. Basta recordar el carácter creciente de las necesidades, dado porque la satisfacción de unas condiciona el surgimiento de otras nuevas, lo que ha de conducir a utilizar y crear en cada momento el recurso pedagógico que, materializado en ayuda, nos permita atender las necesidades educativas que a cada instante, debemos propiciar se generen en nuestro educandos e impedir a tiempo que, un error en el manejo pedagógico de esta situación, propicie el agravamiento delas mismas y genere una necesidad educativa especial.

 

Sin temor a equivocarnos podemos señalar que el creador del paradigma psicológico que sirve de sustento a nuestro trabajo fue en esta cuestión conceptual, también un precursor- "Es posible que no esté lejos el tiempo, - sentenció L.S. Vigotsky- en que la pedagogía se averguence del propio concepto de "niño con defecto", como una indicación de cierto defecto, no eliminable de su naturaleza. En nuestras manos está tratar de que el sordo, el ciego y el deficiente mental no sean personas con defecto".

 

Esta única reflexión bastaría para comprender la prioridad e importancia de la atención de los niños con necesidades educativas especiales y la enorme transcendencia que los factores sociales y muy particularmente la educación tienen para el desarrollo de esos alumnos.

 

Lógicamente el planteamiento de la problemática desde el punto de vista de las necesidades educativas especiales tiene que ser valorado con la necesaria flexibilidad y relatividad que un concepto de esta naturaleza demanda. Justo en consignar que ello no niega ni sustituye en ningún caso el imprescindible estudio de las particularidades de estos alumnos, y de las condiciones del entorno escolar en el que se educan. Incluso el propio manejo de las necesidades educativas especiales requiere un enfoque diferenciado ya que las mismas dificultades pueden en un contexto dado conformarse como necesidades educativas especiales y en otro, no.

 

Si no asumimos una actitud verdaderamente congruente con esta postura, que nos permita en realidad organizar la interacción con el niño y brindarle la ayuda que en cada caso requiere, a partir de la precisión del tipo y carácter de necesidades educativas que tenemos que solucionar, estaríamos en presencia de un cambio terminológico y no conceptual, como el momento lo exige.


LA ATENCION DE LOS NIÑOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES: UNA PROYECCION DESDE LA PERSPECTIVA DE LA ESCUELA HISTORICO CULTURAL DE L. S. VIGOTSKY.

 

Las concepciones que sirven de sustento en Cuba al trabajo con los niños con necesidades educativas especiales tienen un profundo carácter humanista y optimista y son el resultado de la contextualización y aplicación con creatividad de los mejores frutos de la pedagogía, la psicología, la pedagogía-especial, las neurociencias, etc. destacándose entre ellos los hoy renombrados aportes psicológicos de la escuela histórico-cultural de L. S. Vigotsky y sus seguidores.

 

No es propósito, ni ello pudiera ser posible, en el marco de esta conferencia, pretender abordar la enorme transcendencia de los aportes de L.S. Vigotsky para el área de la pedagogía de la atención de los niños con necesidades educativas especiales; no obstante existen algunos presupuestos teóricos y metodológicos generales acerca de los cuales quisiéramos reflexionar.

 

En nuestra concepción, a partir de las ideas de Vigotsky y sus seguidores, disponemos de una sólida argumentación pedagógica y psicológica, cuyo sustento se encuentra en la comprensión del carácter interactivo del desarrollo humano y muy especialmente del llamado determinismo social del desarrollo psíquico, desde cuya perspectiva se reconoce la extraordinaria importancia de la acción intencional y debidamente organizada de la enseñanza como fuente que "conduce el desarrollo". (L.S. Vigotsky).

 

Este postulado tiene para nosotros una enorme significación. Hoy enfrentamos el reto de lograr elevar la actividad de estudio al rango de actividad rectora para nuestros educandos, interactuando intencional y motivadamente con ellos, estructurando currículos que sean verdaderas guías de acción educativa, dependientes de objetivos derivados del histórico principio pedagógico del vínculo de la enseñanza con la vida.

 

Sólo una enseñanza desarrolladora, intencional y debidamente organizada, que propicie el establecimiento de la actividad de estudio como actividad rectora para los niños con necesidades educativas especiales, será capaz de convertirse en la fuente real que guíe y produzca su desarrollo y que permita corregir y/o compensar las necesidades que un desarrollo biopsicológico alterado genera.

 

La expresión martiana resume, con la belleza literaria que le es propia y desde su preclaro horizonte pedagógico, el sentido de nuestros juicios: "Esos niños nacen muertos y la enseñanza los revela a la vida, y fructifica en ellos la obra de la paciencia y la bondad".

 

Una proyección de gran alcance para el área del psicodiagnóstico, el diseño de estrategias de intervención eficientes y la optimización de la atención de los niños con necesidades educativas especiales se deriva de la profundización y perfeccionamiento de la implementación de los postulados vigotskianos acerca de la estructura del defecto.

 

La experiencia acumulada en nuestro país a lo largo de estos años nos permite avalar la transcendencia metodológica de esta concepción y su vigencia a la luz de los enfoques más actuales.

Es conocido el enfoque vigotskiano que diferencia, en la estructura del defecto, "el núcleo" o defecto primario y las complicaciones secundarias", de un tercer orden, etc."

 

El propio Vigotsky apuntaba: "La relación del síntoma con la causa productora es inconmensurablemente compleja. Si antes suponíamos que algún defecto, por ejemplo, la sordera o el retraso mental, conducía directamente a la manifestación de todo el cuadro que conocemos y que caracteriza el desarrollo de un niño dado, ahora sabemos que los diferentes síntomas se encuentran en una relación diferente y extraordinariamente compleja con la causa fundamental".

 

Y aún a pesar de esta complejidad de la estructura Vigotsky insistía: "Esto tiene una enorme importancia pedagógica y está estrechamente relacionado con la tarea práctica que tiene ante si la escuela: conocer cuál de las particularidades es la primaria y cuál, la secundaria". Es incuestionable que el alcance de este postulado nos proporciona una certera guía para nuestra acción futura.

 

Desde la proyección actual vemos una importante congruencia entre lo que hemos venido trabajando desde el paradigma histórico cultural como defectos secundarios, terciarios, etc. y las denominadas necesidades educativas especiales.

 

En este contexto creemos correcto considerar que la base de las necesidades educativas especiales se encuentra estrechamente relacionada con la estructura del defecto y de manera muy íntima conlos llamados defectos secundarios, terciarios, etc. que son quienes en última instancia, nos permiten definir el tipo de necesidad educativa especial que el niño presentará para, en correspondencia con ella, organizar su atención pedagógica, apoyados en la valiosa concepción vigotskiana del trabajo correctivo compensatorio.

 

Esta concepción constituye uno de los principios que rigen el trabajo de la Educación Especial en Cuba y que, a la luz de las condiciones actuales, va adquiriendo una proyección cada vez más general y abarcadora, expresada hoy en términos de trabajo preventivo.

 

Prevención y trabajo correctivo compensatorio: la nueva dimensión de una postura

 

Tradicionalmente ha sido más común emplear el término prevención en contextos médicos, psicológicos clínicos, en el tránsito, seguridad laboral, en determinados casos de catástrofes o fenómenos naturales adversos, contaminación atmosférica, etc., que en el ámbito educativo propiamente dicho.

 

Esta situación ha producido el crecimiento de la atención y en correspondencia con ello, de la adopción de medidas de prevención en programas de atención materno infantil, en la protección e higiene del trabajo, en la eliminación de peligros potenciales, seguridad vial, protección del medio ambiente, etc.

 

No obstante y a pesar de los avances que en esas áreas se aprecian, todavía los pasos dados no han producido los resultados ni todo el impacto social que de ellos se espera, por lo que en general se considera necesario incrementar los esfuerzos en la cobertura global del área preventiva.

Si este es el panorama general con el que nos encontramos, qué decir entonces del ámbito educativo para el cual este concepto es tan actual, transcendente y renovador?.

 

Por lo general en el contexto pedagógico la utilización y aplicación de este concepto se circunscribía al área comúnmente denominada Educación Especial. Hoy, sin embargo se ha comenzado a producir un cambio de enfoque concibiéndose la prevención como la adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias físicas, mentales y sensoriales o a impedir que las deficiencias, cuando se han producido, tengan consecuencias físicas, psicológicas y sociales negativas.

 

En los momentos actuales en Cuba, el concepto mismo de prevención en el área educativa, adquiere una mayor dimensión y alcance, pues se coloca en el centro de lo que estamos llamados a convertir en un estilo y práctica del trabajo pedagógico capaz de involucrar a todos los alumnos.

 

A partir de la experiencia y calificación de los recursos humanos de la Educación Especial en este trabajo, cuya labor ha estado fundamentada en el sustento teórico de la concepción vigostkiana y más específicamente en sus postulados acerca del trabajo correctivo compensatorio, en nuestro país se ha asignado a la enseñanza especial el carácter rector en este trabajo, orientando y coordinando los esfuerzos de todo el sistema nacional de educación en tan perspectiva dirección. Consecuentemente pensamos que podemos interpretar las exigencias actuales del trabajo preventivo desde una nueva dimensión de la postura del trabajo correctivo compensatorio lo que exige de nosotros una clara comprensión del enunciado vigotskiano acerca de que "la ley de la compensación se aplica de la misma manera al desarrollo normal y al complicado".

 

En este sentido en el centro de nuestra atención colocamos prioritariamente el trabajo con los niños que presentan factores de riesgo, reforzando con ellos, con sus familias y entorno social, todo un sistema de medidas que nos permitan eliminar o atenuar oportunamente el efecto de condiciones negativas desencadenantes, realizando así lo que se identifica como prevención primaria.

 

La experiencia acumulada por Cuba en este terreno, fruto de la integración de la labor de los médicos de la familia, maestros, psicólogos, trabajadores sociales, y organizaciones de masas, entre otros factores, la ofrecemos como marco de referencia para los análisis y reflexiones que tenemos que realizar si queremos llevar la prevención primaria al lugar prioritario que le corresponde.

 

Existen otros niveles de prevención, entre los que comúnmente se señalan la prevención secundaria y la prevención terciaria.

 

En el caso de la prevención secundaria se trata de la adopción de medidas encaminadas a diagnosticar y atender tempranamente la deficiencia ya existente para evitar su establecimiento como discapacidad.

 

La prevención terciaria por su parte, se conceptualiza como el conjunto de medidas dirigidas a evitar el establecimiento de la discapacidad como minusvalía, entendida esta como la situación de desigualdad social y ambiental que afecta eventualmente a la persona con discapacidad.

 

Sin embargo, sin dejar de reconocer el valor que este esquema conceptual representa, somos del criterio de que en realidad la prevención tenemos que concebirla con un criterio más integral, global y positivo, que nos de la posibilidad de apreciarlo como todo un sistema de influencias que en el ámbito educativo ha de anticiparse a las posibles dificultades que en el proceso puedan surgir o a corregir o compensar tempranamente las limitaciones ya existentes, eliminando o atenuando las condiciones que las provocan.

 

Desde esta perspectiva no sería exagerado asegurar que lo que hacemos en la enseñanza dirigido a precisar el nivel de preparación real de nuestros alumnos y allí donde sea preciso, adoptando las medidas que garanticen el éxito de los alumnos en el vencimiento de los objetivos planteados, puede ser apreciado también desde la posición más amplia del trabajo correctivo compensatorio que implica necesariamente una postura preventiva.

 

Mucho más que eso, el trabajo preventivo que en Cuba ha iniciado la Educación Especial con el resto de las enseñanzas y muy particularmente con Prescolar y Primaria, es a nuestro entender más que un nivel primario de prevención, un nivel primario de integración, exigiendo la atención oportuna de las necesidades educativas que los niños presentan dentro de la ámbito educativo general y evitando, de esa misma manera, el ingreso a la modalidad de escuelas especiales de un grupo de alumnos que en realidad no son tributarios de ella.

 

Un claro ejemplo de ello lo tenemos en las aulas hospitalarias que funcionan en todo el país y en las cuales, en la medida en que las condiciones de salud de los niños lo permiten, nosotros trabajamos con ellos con la finalidad de lograr, junto con el restablecimiento médico, una exitosa reincorporación a la vida escolar.

 

En términos propios de trabajo preventivo una de la exigencias fundamentales está relacionada con la caracterización de los alumnos y su actualización sistemática.

 

La atención integral a los alumnos ha de partir de un conocimiento profundo de sus particularidades individuales y las de su entorno, que han de servir de base para la elaboración de estrategias de intervención individuales y colectivas, capaces de satisfacer en cada momento las necesidades educativas de cada niño.

 

La caracterización constituye para nosotros un insustituible instrumento de la actividad pedagógica que en esencia nos debe permitir conocer el estado de desarrollo real de los alumnos, descubriendo aquellas áreas que demandan de nuestra acción correctiva-compensatoria con vistas a garantizar el constante avance de los educandos.

 

Una de las acciones más priorizadas en esta dirección está relacionada con la elevación de la funcionalidad del diagnóstico logrando, su real enfoque cualitativo, constructivo, su orientación hacia las potencialidades de desarrollo y la satisfacción de las necesidades educativas.

 

La experiencia que hemos acumulado en el área del diagnóstico esta vinculada estrechamente con la creación y desarrollo de la estructura de los equipos técnicos multidisciplinarios de los Centros de Diagnóstico y Orientación (C.D.O).

 

Hoy en Cuba contamos con más de 130 equipos de esta naturaleza, conformado cada uno por psicólogo, pedagogo, psicometrista, terapista del lenguaje, psicopedagogo, trabajador social, que se potencian con la incorporación de especialistas médicos de los más diversos perfiles para, desde la perspectiva del diagnóstico como proceso interdisciplinario y científico, y en estrecho vínculo con la familia y los maestros , arribar a un criterio que permita encauzar las acciones que las necesidades educativas identificadas requieren.

 

Por lo general este momento inicial del diagnóstico y sobre todo el proceso que a partir del mismo se desarrolla es lo que se identifica más comúnmente con la rehabilitación o como nosotros pudiéramos también señalar, con el concepto más específico del trabajo correctivo compensatorio.

 

Ya hemos apuntado que en la elaboración de esta concepción del trabajo correctivo compensatorio L. S. Vigotsky realizó aportes de un inestimable valor teórico y metodológico.

 

Vigotsky formuló todo un sistema de puntos de vista y direcciones del trabajo en esta área que aún en nuestros días mantienen su vigencia.

 

Así esbozó lo que para él constituía el postulado central de la pedagogía especial: "cualquier defecto origina estímulos para la formación de la compensación. Por eso el estudio dinámico del niño que presente deficiencias no puede limitarse a la determinación del grado y de la gravedad de la insuficiencia, si no que incluye indispensablemente el control de los procesos de compensación, de sustitución, procesos edificadores y equilibradores en el desarrollo y en la conducta del niño".

 

Cuando nosotros en Cuba asumimos estos postulados del trabajo correctivo compensatorio estamos considerando las potencialidades que desde el punto de vista neurofisiológico tiene el sistema nervioso y sobre todo el cerebro humano para enfrentar ese proceso, en particular su plasticidad y estructura, donde el desarrollo de una comprensión desde la perspectiva del localizacionismo dinámico de las funciones psíquicas superiores coherente con el principio vigotskiano de la organización extracortical de las funciones psicológicas superiores, (Anojín, P.K., Vigotsky L.S.; Luria A.R) adquiere cada vez una mayor trascendencia.

 

Desde luego, en la cristalización de estas potencialidades es fundamental, entre otros aspectos, el elemento que se introduce a partir de la comprensión vigotskiana de mediación y su revolucionador concepto de zona de desarrollo próximo.

 

Como señaló Vigotsky "la forma de colaboración entre el niño y el adulto es el elemento central del proceso educativo", siendo determinante en el caso de la atención de los niños con necesidades educativas especiales, el papel del maestro para el éxito del proceso.

 

En correspondencia con ello prestamos particular atención a la preparación y actualización de nuestros maestros y profesores, cuestión en la que resulta vital el aporte de los Institutos Superiores Pedagógicos.

 

La manera específica en que los maestros median socialmente o crean interactivamente las condiciones para el aprendizaje es definitoria en la concepción vigotskiana de zona de desarrollo próximo, en cuyos límites se puede trabajar sólo a partir de premisas afectivas favorables.

 

Nosotros, fieles al legado martiano, hacemos a diario, instrumentación práctica de su pensamiento "... más que la enseñanza en esta escuela, ha de profesarse el amor"; con la firme convicción de que la compensación, aunque no siempre concluya con el éxito, si será inevitablemente siempre un proceso creador y desarrollador en su esencia misma, de un altísimo contenido pedagógico y sobre todo, humano.

 

En ocasiones, los resultados de la aplicación práctica de dos de los conceptos fundamentales analizados hasta aquí, la prevención y la dimensión particular del trabajo correctivo compensatorio, se expresan en términos de los diferentes niveles de integración social, laboral y escolar que se alcanzan con nuestros educandos.

 

Por tratarse de una temática de gran actualidad y trascendencia, nos detendremos brevemente para hacer algunas consideraciones al respecto.

 

REFLEXIONES EN TORNO A LA INTEGRACIÓN

 

Hablar hoy de integración significa prácticamente referirse más que a un concepto, a una filosofía en el abordaje de esta problemática en el contexto pedagógico y social.

 

Desde este punto de vista Cuba es un país donde, como fenómeno social, la integración en su concepción más amplia, es una realidad para todos, independientemente de posturas filosóficas, religiosas, sexo, raza, con desviaciones o dificultades en su desarrollo o no, pues a todos se nos asegura, en la ley y en la vida, igualdad plena de derechos.

 

Por eso sostenemos que si queremos hablar con rigor y seriedad de integración, de igualdad de derechos, en una región donde a más de 60 de cada mil niños nacidos vivos no se les garantiza el más sagrado de los derechos, el derecho a la vida, donde la pobreza afecta ya a casi 200 millones de personas, donde casi el 50% de los niños que inician la escuela primaria no llega hasta el 5to. grado, donde menos del 2% de los 16 millones de niños discapacitados tienen algún nivel de educación o preparación, en un mundo donde prácticamente cada 6 segundos muere un niño por desnutrición, asociada ésta a infecciones, nuestras prioridades, más que de carácter pedagógico, son de carácter social; pues para que haya atención de los niños con necesidades educativas especiales, para que exista, allí donde sea estrictamente necesario educación especial, tiene que existir primero "educación para todos".

 

Las ideas y aspiraciones de educación popular, de las cuales Simón Rodríguez, el ilustre pedagogo latinoamericano, maestro del Libertador y de toda una generación de venezolanos fue un fiel exponente, adquieren, a la luz de esta situación, particular vigencia: "Yo dejé la Europa (donde había vivido veinte años seguidos) por venir a encontrarme con Bolívar; no para que me protegiese, sino para que hiciese valer mis ideas a favor de la causa. Estas ideas eran (y serán siempre) emprender una educación popular, para dar ser a la República imaginaria que rueda en los libros, y en los Congresos".

 

En medio de un panorama tan sombrío, donde "millones de personas pasan por períodos especiales sin equidad, sin esperanza", la experiencia acumulada por nuestro país, constituye un genuino logro del proyecto social cubano que estamos seguros ustedes podrán valorar en toda su dimensión.

 

Nosotros, sin embargo, estamos también prestos al diálogo en un sentido más estrecho de la integración, en el referido a las personas con desviaciones o dificultades en su desarrollo.

 

Es conocido que en este terreno las concepciones han ido evolucionando, desde una postura de supervivencia, hasta un enfoque de normalización e integración.

 

Se han dado importantes pasos en la caracterización de la integración como un proceso gradual, definiéndose diferentes grados y tipos, entre los que se encuentran:

 

   Integración física

   Integración funcional

   Integración social

   Integración a la sociedad

 

Pero a la hora de analizar en el contexto pedagógico el fenómeno de la integración por lo general se hace referencia a la posibilidad de educar juntos a niños con y sin necesidades educativas especiales. Es aquí donde surgen las mayores inquietudes, preocupaciones e interrogantes.

 

Logra la escuela general (común) el máximo desarrollo de las potencialidades de sus educandos que no presentan necesidades educativas especiales?.

 

¿Cuál será entonces el futuro de los alumnos con necesidades educativas especiales en ese medio?

 

¿Cómo se garantizará el soporte técnico especializado que la atención de muchos alumnos reclama?

 

¿Qué nivel de especialización o preparación especial tienen los docentes de la escuela general para trabajar con los alumnos con necesidades educativas especiales?

 

Evidentemente las respuestas a estas interrogantes pueden ser variadas y en algún sentido, polémicas.

 

Sin embargo hay algo que inevitablemente se referirá y es la valoración acerca de la escuela especial como tal, sus finalidades, características y proyección social.

 

El propio Vigotsky en su época fue un crítico severo del tipo de escuela especial segregacionista y antisocial por su naturaleza. Ese no es, afortunadamente, el tipo de escuela especial que ustedes podrán apreciar en Cuba.

 

Nuestras escuelas especiales, que como ya hemos señalado, no son la única modalidad de atención de los niños con necesidades educativas especiales, son ante todo, escuelas, similares a las del resto del sistema nacional de educación, pero con un grupo de condiciones organizativas, de preparación de los recursos humanos y del equipamiento técnico especializado, que les permite brindar a sus educandos, la atención que requieren.

 

Son escuelas que no pueden concebirse como una modalidad "paralela" a la educación regular, pues de ser estrictamente así no tendrían ni una orientación hacia ella ni tantos puntos de intersección y contacto con la misma; son desde nuestra óptica, una manera de materializar en la práctica la relación entre la unidad del sistema educacional cubano y la diversidad a través de la cual, ésta se manifiesta en la práctica escolar. Son, en definitivas escuelas llamadas también a convertirse en el centro cultural más importante de la comunidad y a propiciar, en el caso de las que tienen un marcado carácter transitorio, el tránsito exitoso de los alumnos a la escuela general, en el menor tiempo posible.

 

La aplicación de la concepción pedagógica martiana de la combinación del estudio con el trabajo, principio rector de nuestro sistema educativo, tiene para las escuelas especiales, una enorme significación. "El hombre crece, como señaló Martí, con el trabajo que sale de sus manos".

 

Por eso con vistas a garantizar una preparación laboral más eficiente de nuestros educandos, que garantice su posterior integración sociolaboral, estas escuelas en su mayoría disponen del equipamiento necesario y sus programas docentes en el área laboral se vinculan cada vez más, a la solución de necesidades de la comunidad.

 

Estamos poniendo especial énfasis en la preparación para un oficio, que nos permita incluso utilizar mejor el % de plazas laborales, a cubrir por egresados de la educación especial, según la legislación laboral vigente.

 

Pero, como hemos subrayado, las escuelas especiales no constituyen la única modalidad de la atención de los niños con necesidades educativas especiales en Cuba; ni se puede pretender ahora, a partir de este concepto, definir previamente la ubicación escolar mas apropiada para el alumno. Ello en última instancia será el resultado del análisis integral del tipo, calidad, frecuencia y niveles de ayuda que requiere para vencer los objetivos educativos, así como de las particularidades familiares y del entorno en el que se podría educar, es decir, el tipo de centro disponible, el grado de preparación de los docentes, las actitudes familiares y de los colectivos escolares, así como las posibilidades de orientación y seguimiento por personal especializado, etc.

 

A la luz de estos planteamientos y compartiendo los nobles propósitos de la integración, somos del criterio de que si un país, sin ningún tipo de sentimiento de nacionalismo y autocomplacencia, puede y necesita como resultado de su desarrollo educativo, continuar avanzando en esta dirección, es Cuba.

 

En este sentido, sin llegar todavía a cubrir todas nuestras expectativas y posibilidades, son alentadores, los resultados que se vienen logrando, desde hace algún tiempo, en la atención de niños con necesidades educativas especiales en instituciones de la enseñanza general, como se refleja en el siguiente cuadro:

 

ALUMNOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES QUE RECIBEN ATENCIÓN EN INSTITUCIONES DE ENSEÑANZA GENERAL

NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES RELACIONADAS CON LA ADQUISICIÓN Y DESARROLLO DEL LENGUAJE. CURSO 1993-94

 

MATRÍCULA GENERAL PRIMARIA

 

 

TOTAL DE ESCUELAS

 

NRO. DE ESCUELAS ATENDIDAS POR LOGOPEDAS

 

 

%

 

NRO. DE ALUMNOS QUE RECIBEN ATENCION

 

 

%

 

 

983581

 

8919

 

886

 

9,93

 

27585

 

1,8

 

 

 

MATRÍCULA GENERAL PRESCOLAR

 

 

TOTAL DE C.I.

 

NRO. DE C.I. ATENDIDAS POR LOGOPEDAS

 

 

%

 

NRO. DE NIÑOS EN C.I. ATENDIDOS POR LOGOPEDAS

 

 

%

 

 

155764

 

1156

 

464

 

40,1

 

6556

 

4,2

 

 

 

Además de estos 34141 alumnos que se atienden en instituciones de enseñanza general por presentar necesidades educativas especiales relacionadas con la adquisición y desarrollo del lenguaje; se trabaja también con otros 3439 niños con necesidades educativas especiales en otras áreas, pero que pueden ser atendidas en la escuela general. Por tanto, el total de niños atendidos en esta modalidad es de 37580.

 

Son de igual modo estimulantes los pasos que se vienen dando de acuerdo con el desarrollo del programa "Educa a tu hijo", la vinculación cada vez más estrecha de los equipos de los CDO con esta actividad así como la atención de unos 692 grupos de vías no formales de la Educación Prescolar, por especialistas de la Educación Especial, con un claro propósito preventivo por tanto, de integración.

 

El análisis del alcance de nuestras concepciones en materia de integración no sería completo, si dejáramos de mencionar la noble y rica experiencia que a la luz de las mismas, se ha acumulado a lo largo de más de veinte años, en los hogares para los niños sin amparo filial.

 

Hoy Cuba cuenta con 25 instituciones de esta naturaleza, donde son atendidos más de 340 menores teniendo todos garantizada la educación en la modalidad de escuelas correspondientes y asegurándoles a todos, con necesidades educativas especiales o no, una convivencia donde florecen los sentimientos de colaboración y solidaridad, de ayuda y amistad.

 

Sin embargo la prioridad e importancia de la Educación Especial en Cuba, la experiencia acumulada, el propio perfeccionamiento contínuo de nuestra enseñanza, su mayor nivel de integración con el resto de las estructuras del sistema educativo cubano, el estudio y la incorporación a nuestra práctica de los mejores frutos del quehacer científico pedagógico nacional e internacional, en cuyo empeño las Conferencias científicas y demás actividades del CELAEE han sido fundamentales, nos ponen en condiciones de asumir nuevos retos y buscar alternativas que nos permitan elevar la eficiencia de la enseñanza y continuar avanzando en la instrumentación y el logro real de su finalidad integradora.


BIBLIOGRAFIA

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