AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE EDUCACIÓN ESPECIAL
LA INTEGRACIÓN ESCOLAR DEL DISCAPACITADO
Al hacer un análisis de la
evolución de la educación de los niños discapacitados en América Latina en los últimos
decenios, tendríamos necesariamente que abordar una de las tendencias más
significativas: la integración en la
educación común, superando la opción segregada.
Para la UNESCO, la temática de integración constituye una línea prioritaria de trabajo en su Programa
de Educación Especial. Se recomienda superar la existencia de dos sistemas
separados: normal y especial, sin embargo, no se postula la eliminación total e
inmediata de los servicios de educación especial, se persigue una aproximación
entre la educación especial y la regular, creando un nuevo modelo educativo
accesible para todos los alumnos, discapacitados o no, ofreciendo una educación
diferenciada en función de sus necesidades.
El movimiento
integracionista se funda en la idea de la normalización, como principio rector.
A pesar del interés y voluntad que se observan en los diferentes países de al
Región al respecto, existen discrepancias en el nivel de realizaciones
concretas. Para muchos se trata todavía de una aspiración para el futuro, debido
a la ausencia de medidas específicas. Falta información, documentación y
orientaciones teóricas y prácticas para los diversos niveles educativos y la
sociedad en general. En el proyecto principal de Educación para América y el
Caribe, las personas discapacitadas figuran como uno de los grupos de población
menos favorecidos que requieren una atención prioritaria por parte de los
gobiernos en la realización del objetivo general "educación para
todos". Se pide otorgarles atención integral que les permita incorporarse
al proceso educativo y al trabajo, pero eso, en líneas generales no ha sido
logrado por ningún país, excepto Cuba.
En Cuba compartimos la
afirmación de la UNESCO de que: "El desarrollo de la Educación Especial no
puede tener lugar aisladamente" y hemos insertado convenientemente las
experiencias de avanzadas, en el contexto de la cultura, la idiosincracia, las
tradiciones y las condiciones materiales y económicas del país.
A partir del análisis de las
bases ideológicas de la integración escolar estamos convencidos de que no son
meramente los muros de la escuela especial los que segregan a los
discapacitados de los demás, pues a veces, las barreras más difíciles de romper
son las actitudes humanas, sin embargo, nuestra sociedad cuenta con el apoyo
absoluto del gobierno para la educación de todos, puesto de manifiesto por el
Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, el Compañero Fidel Castro Ruz al
plantear..."La Revolución no se puede desentender ni de uno solo de sus
jóvenes, ni de uno solo de sus niños, ni de uno solo de sus hijos". En
Cuba todo ciudadano tiene garantizada la educación de sus hijos gratuitamente,
independientemente de su procedencia social y su raza, sean estos
discapacitados o no y se ha logrado una educación social donde el discapacitado
sea visto como parte integrante de la sociedad, con iguales derechos a la
salud, al trabajo y a la participación en la vida social. En este sentido
existe plena coincidencia con las Naciones Unidas que al discutirse los
derechos de las personas discapacitadas, aboga por la equiparación de
oportunidades, es decir que estas personas tengan iguales derechos en la
participación de actividades del sistema socio-cultural en que viven.
Actualmente en algunos
países de Latinoamérica y el Caribe se debate el término de inserción,
el que tiende a ser aplicado prioritariamente a la integración social, mientras
que "integración" se refiere a la integración escolar.
Lo más importante no radica
en definirnos una opción terminológica para el proceso sino en descubrir las
posibilidades que puede brindar en nuestros países en sus condiciones
histórico-concretas particulares.
Integración o inserción, se
refiere a un proceso gradual o dinámico que puede tomar diferentes formas en
relación con las necesidades de cada alumno; de todas formas la integración de
un niño discapacitado supone una estrecha colaboración entre el personal
educativo regular y el especializado, con el fin de adecuar los medios de
enseñanza a las necesidades individuales del alumno discapacitado.
De manera muy general se
pueden establecer tres modalidades de enseñanza integrada en la región, cada
una implicando un mayor grado de integración física.
· Aula especial a tiempo
completo.
· Aula regular a tiempo
parcial
· Aula regular a tiempo
completo
Varios supuestos fundamentan
el concepto de integración escolar tales como:
· El mejor entorno para un
niño discapacitado es el aula regular
· La educación en la escuela
regular proporciona al discapacitado una enseñanza diferenciada y compensatoria
sin tener un carácter recuperador .
· No se emplea ningún tipo de
etiqueta diagnóstica en el aula todos son diferentes y tienen una serie de
necesidades específicas que deben atenderse.
· La integración tiende a
normalizar la vida del niño discapacitado.
Valorando los propios
documentos de la UNESCO sobre el proceso de integración escolar de los
discapacitados se hace evidente que requiere de una reforma total del sistema
educativo tradicional donde hay que aceptar y corregir las fallas del sistema
ordinario que en la actualidad aún no ha podido satisfacer las necesidades
especiales de los alumnos. Se trata de una escuela "abierta a la
diversidad", más acorde con la función social y educativa de favorecer el
desarrollo de todos los alumnos de acuerdo con sus particularidades.
Son innegables las
posibilidades ilimitadas de esta concepción, pero ellas aún están sobre un
largo proceso que comprende varias etapas, pues cada una de ellas exige
determinados requisitos y condiciones.
A la luz del desarrollo
educacional cubano se han logrado determinados grados de integración social y
escolar y se valoran alternativas diversas que conduzcan a nuevos grados o
formas de integración siempre que se ajusten a los objetivos sociales que rigen
la educación y garanticen un perfeccionamiento de nuestro Sistema de Educación
Especial.
Una revisión completa de los
rasgos conceptuales e ideológicos del fenómeno de la integración educativa de
los niños discapacitados pone al relieve que se trata de algo nuevo más
complejo de lo que puede suponerse. Se pone en tela de juicio el sistema
educativo tradicional y se aspira a un modelo totalmente nuevo, renovado,
flexible que responde a las necesidades educativas de todos los escolares.
Resulta un proyecto sumamente ambicioso pero, no irrealizable. Como proceso
transitará por un camino largo, venciendo etapas de cambios graduales y
prácticas en el que el actual sistema educativo asimila la capacidad
integradora hacia el ideal de la escuela para todos. ¿Cómo lograrlo?, que
práctica educativa seguir?, qué métodos pedagógicos implementar?. Son preguntas
que aún no han sido totalmente respondidas. Hasta ahora sólo tenemos claras la
idea reguladora, el principio director y en la práctica algunas modalidades.
Sería irrazonable difundir
un modelo único, generalizar variantes por acertadas que hayan resultado en un
medio concreto. Lo más razonable apunta hacia una política educativa de
integración flexible, adecuada a las necesidades y recursos propios del medio
donde se desarrollen, ajustadas a su contexto concreto.
Cuba es un país donde la
integración en su concepción más amplia es de hecho una realidad ineludible
pues todos tienen iguales derechos; discapacitados o no. De nada valdrá trazar
metas de integración escolar cuando existieran niños sin escuelas, de nada
valdría hablar de ventajas de integración en la escuela regular si hay niños
sin derecho a salvar sus vidas.
La integración debe partir
precisamente de la posibilidad que le brinde la sociedad a cada individuo de
integrarse a ella con iguales derechos, aunque con posibilidades diferentes.
No es posible democratizar
la enseñanza de un país sin democratizar su economía y el problema de la enseñanza
no puede ser bien comprendido en nuestro tiempo si no es considerado un
problema económico y social.
La educación tiene un camino
fecundo por recorrer como fuente de bienestar del ser humano, pero necesita de
un requisito imprescindible. El triunfo de la justicia social. Ahí radica
precisamente el drama fundamental de América Latina.