PERSPECTIVAS PARA EL DIAGNÓSTICO Y ESTIMULACIÓN

TEMPRANA DE LAS DESVIACIONES EN EL DESARROLLO

INTELECTUAL

 

 

Autor:           Lic. Leonardo García Pérez

                     Psicólogo clínico, Lingüista,

                     Pedagogo y Logopeda.

                     Profesor Auxiliar del CELAEE,

 

 

 

El estudio-diagnóstico de las funciones psíquicas constituye un proceso complejo que resulta mucho más difícil cuando se pretenden estudiar estas funciones en las edades tempranas y prescolar, lo que obedece a que en estas primeras edades el sistema nervioso no ha alcanzado su relativa madurez y en consecuencia existe falta de neuroplasticidad, al mismo tiempo que los procesos psíquicos se encuentran en formación, pues dichas edades corresponden al período más sensible del desarrollo.

 

Es por esto que la investigación que se realice en las primeras edades no es útil si se limita a ofrecer resultados cuantitativos, no se trata de cuantificar el fenómeno psíquico y expresar un cociente cuantitativo. sino por el contrario, lo verdaderamente necesario es obtener resultados cualitativos, determinar el cociente de desarrollo, lo que se alcanza cuando se estudian las funciones psíquicas mediante la aplicación de pruebas de desarrollo, principio esencial en el estudio psicodiagnóstico del área intelectual en las edades temprana y prescolar, que permite estudiar los procesos psíquicos en desarrollo, en comparación con la norma etárea y se sustenta en el propio principio de psicogénesis.

 

Las pruebas de desarrollo tienen, en nuestro criterio, una doble importancia, dado que por una parte posibilitan conocer la evolución alcanzada por el niño en un período determinado, comparándolo con el criterio de la norma propio de su edad, y por otra parte permite orientar, tanto a las educadoras y personal terapéutico en general, como a los padres y familiares, en relación con las tareas que para cada área de desarrollo nos proponemos para el período siguiente.

 

La prevención y atención a las desviaciones en el desarrollo constituye una tarea priorizada en nuestro país y para el estudio-diagnóstico de éstas se han tomado en cuenta las concepciones de estudiosos relevantes como Arnold Gesell, Merill, Terman, Piaget, Venguer, entre otros.

 

Desde el año 1962, son estudiados los niños con desviaciones en el desarrollo intelectual de edades tempranas, en los centros de Diagnóstico y Orientación y en los servicios de psicología de los hospitales pediátricos, pero no es hasta el año 1984 que se crean los círculos infantiles especiales para los menores con defectos, insuficiencias o anomalías que evidencian o suponen la presencia de retardo en el desarrollo neuropsíquico.  Los círculos especiales constituyen en Cuba laboratorios experimentales en los que además de estimular y posibilitar el desarrollo neuro-psíquico, permiten arribar a un diagnóstico definitivo a fin de ofrecerle a cada uno de los menores un tratamiento médico, psicológico y pedagógico acorde con sus particularidades e individualidades. La edad de comienzo en estas instituciones es la que corresponde a los 36 meses y la de egreso 6 años, siempre que el niño con posibilidades de incorporarse al subsistema de enseñanza especial alcance la elemental madurez para iniciar el aprendizaje pues si el niño presenta retraso mental que permite su escolarización pero carece de madurez para iniciar el aprendizaje podrá permanecer un curso más en el círculo especial y se incorporará a la escuela con 7 años.  Si en el período comprendido entre los 3 y 6 años de edad los especialistas determinan con rigor que un niño por la profundidad y magnitud del defecto no podrá lograr aprendizaje escolar no tiene que permanecer en el círculo y de inmediato se refiere a las instituciones del Ministerio de Salud Pública para niños impedidos físicos y mentales en las que se incorporan después de realizado el estudio conjunto correspondiente y en las que los menores reciben un sistema de entrenamiento para el desarrollo de hábitos y habilidades en condición de custodiables dada la imposibilidad de asimilar contenidos escolares.

 

Cuando existen sospechas de insuficiencia en el desarrollo intelectual en edades tempranas como son el primero, segundo y tercer año de vida, además de iniciar los estudios por los equipos diagnósticos, los padres asisten periódicamente a las consultas en las que se les orienta y enseña como estimular el desarrollo en cada una de las áreas pues se realiza un seguimiento sistemático para conocer su evolución con criterios pronósticos ya que hasta los 3 años de edad no ingresan en los círculos especiales.

 

Durante los primeros 5 años de creado el círculo especial se utilizó la estructura y dinámica de métodos psicodiagnósticos de psicólogos, cognitivistas del desarrollo como los antes citados, sin embargo en los últimos años hemos estructurado nuestro propio método para el diagnóstico y tratamiento de las desviaciones en el desarrollo intelectual, el cual explicaremos a continuación.

 

El método propuesto y experimentado por nosotros consta de 3 etapas fundamentales.

 

1ra. etapa:    Formulación de la Hipótesis diagnóstica.

 

2da. etapa:   Determinación  del  diagnóstico  gnoseológico  definitivo.

 

3ra. etapa:    Constatación del criterio diagnóstico conclusivo en el propio proceso                      terapéutico de enseñanza‑aprendizaje.

 

 


I. Formulación de la Hipótesis diagnóstica.

 

Al equipo ‑ diagnóstico que radica en cada uno de los territorios o municipios le son referidos de los hospitales obstétrico-ginecológicos y pediátricos, o a petición de los mismos padres, menores con edades comprendidas entre 1 y 36 meses en los cuales se sospecha existen desviaciones en el desarrollo neuro-psíquico. Estos niños son estudiados desde el punto de vista social, motriz, perceptivo-cognitivo y del lenguaje. Como resultado de este estudio se plantea un diagnóstico presuntivo, tentativo, el cual anticipa la posibilidad de una determinada entidad, la que resulta necesario aún confirmar o descartar con estudios más profundos y en estadios posteriores que corresponden a edades más confiables por lo que cuando el equipo termina este estudio inicial no lo da por concluido, ni tampoco ofrece conclusiones a los padres, sino por el contrario les debe plantear que resulta necesaria la continuidad de este estudio, la que se realizará en el propio círculo infantil especial, precisándole a los padres que la asistencia de los niños a esta institución, no implica su permanencia en la misma, sino una prueba más, que forma parte del estudio que se está realizando.

 

De esta manera nos preguntamos acerca de las insuficiencias que presentan los niños en función de las observaciones, estudios anamnésicos y pruebas, que inicialmente se les han realizado, por tanto existe una fundamentación lógica que se sustenta en la teoría, con una predicción y carácter comprobable, dado que se puede demostrar en lo sucesivo, razones estas que justifican el carácter de hipótesis como punto de partida y formulación inicial del estudio-diagnóstico.

 

 

II. Determinación del diagnóstico gnoseológico definitivo.

 

Cuando los niños llegan al círculo infantil especial traen una historia o expediente clínico en el que se describen sus dificultades; el cual es estudiado en conjunto por el equipo-diagnóstico especializado en el estudio de las desviaciones en el desarrollo intelectual que asume esta responsabilidad y por el colectivo terapéutico, del que forman parte importante los oligofrenopedagogos como responsables de la educación temprana y acción terapéutica de cada uno de los salones.

 

Si bien en la etapa anterior lo más importante era determinar la presencia o no de una desviación en el área intelectual, para lo que se comparaban los resultados y comportamientos de los niños con la norma etárea, en esta segunda etapa existen 2 momentos fundamentales, el primero consiste en definir el nivel de esa desviación, motivo por el cual los niños son estudiados intensivamente en un período comprendido entre las primeras 6 y 12 semanas de su incorporación al círculo, pues al concluir este tiempo se deberán determinar los niños que son susceptibles o no de continuar en dicha institución ya que los menores en los que su alteración resulte muy evidente por la gravedad y profundidad del defecto, como es el caso de la idiocia, imbecilidad o encefalopatías, que son coherentes con los grados severo y profundo del retraso mental, causan baja del círculo y son remitidos con la conclusión diagnóstica que se obtuvo, a las instituciones para niños impedidos físicos y mentales del Ministerio de Salud Pública.  Esto no excluye la posibilidad de que existan otros niños de los que se decidió su continuidad que también sean referidos después a las instituciones del MINSAP, pero en estos a diferencia de los anteriores el bajo grado de retardo mental requería de más tiempo para su correspondiente delimitación.

 

El segundo momento consiste entonces en determinar si se trata de una deficiencia intelectual de carácter reversible o irreversible, si resulta irreversible como el retardo o retraso mental habría que delimitar el grado de retraso que presentan además de que es necesario valorar las posibilidades de desarrollo de los niños mediante la aplicación de un programa de enseñanza con carácter correctivo-educativo.

 

Entre otras tareas importantes se profundiza en el estudio etiológico o patogénico de cada uno de los niños en los que participan otros especialistas que realizan investigaciones genéticas, metabólicas, endocrinas, neuropediátricas, etc., a fin de poder plantear con rigor científico una conclusión diagnóstica teniendo en cuenta la relación causa-efecto.

 

Para llevar a efecto este segundo momento los niños permanecen en el círculo uno, dos o tres cursos, esto depende de la edad con que han comenzado en el mismo y es justamente para esto que existe un equipo diagnóstico especializado que realiza un estudio mucho más profundo y dinámico, el cual asiste semanalmente al círculo, realiza observaciones programadas de los niños en las diferentes actividades, se entrevista con los padres e intercambia criterios con las educadoras, médicos, enfermeras y especialistas que interactúan con los menores, al mismo tiempo que orienta las tareas y actividades que posibilitan activar el desarrollo de los procesos psíquicos en general y mucho más específico aún en aquellas áreas que resultan las más dañadas.

 

La totalidad de los niños son estudiados por el equipo diagnóstico cada 20 semanas, para la realización de este estudio se aplican diferentes pruebas que después mencionaremos y el objetivo de estos cortes evaluativos que se llevan a efecto aproximadamente cada 5 meses es conocer la evolución alcanzada y orientar como estimular y activar el desarrollo neuropsíquico, tanto a los maestros como a los padres, por lo que una vez que concluye la evaluación de cada uno de los prescolares se le ofrecen los resultados y orientaciones a estos.

 

Al concluir el tercer curso de permanencia de los niños en el círculo o alcanzar la edad de 6 años se realiza el último corte del estudio longitudinal que se venía realizando en el que como siempre participan todos los especialistas y en el que integran la totalidad de los estudios e investigaciones realizadas para sí plantear las conclusiones diagnósticas a las que se ha arribado y en consecuencia con estas proponerla asignación correspondiente, la que se hará depender de la entidad primaria que presente.

 

 


III. Constatación  del criterio  diagnóstico conclusivo en el propio proceso terapéutico de enseñanza‑aprendizaje.

 

La educación temprana y prescolar de los niños deficientes es un tema de gran actualidad y su importancia radica en que mientras más tempranamente se comience la educación del niño con insuficiencias, desviaciones o defectos en su desarrollo, más rápida y completamente se logrará la corrección y compensación de las mismas, a la vez que se evitará el surgimiento de los defectos secundarios, pero para ello resulta muy necesario arribar a un diagnóstico final y diferencial lo más preciso posible que por la complejidad del estudio de las psicofunciones se hace muy difícil en las edades temprana y prescolar independientemente de la observación sistemática y de la evolución periódica a que han sido sometidos los niños, por tal razón estos menores son reevaluados durante los 2 ó 3 primeros cursos de su escolarización en el subsistema de enseñanza especial lo que permite confirmar o no el criterio diagnóstico al que se arribó estudiando al niño en el propio proceso terapéutico de enseñanza‑aprendizaje.

 

 

Pruebas para el estudio-diagnóstico en las edades temprana y prescolar.

 

Entre las pruebas que aplicamos tenemos:

 

1) .Escala para medir el desarrollo psicomotor de la primera   infancia (1‑30 meses).

 

2) .Escala de desarrollo (forma nueva y complementaria 30 meses‑6 años y 3‑6 años respectivamente).

- Brunet-Lezine

 

3) .Pruebas de desarrollo de Gessell (0‑6 años).

 

4) .Medida de la inteligencia. Terman-Merrill (a partir de 2 años).

 

5) .Medida de la inteligencia. Merrill-Palmer (a partir de los 18   meses).

 

6) .Pruebas analíticas para el examen psicológico de la edad   prescolar (2‑6 años)

- L. Anfare

- N. Akehote.

 

7) .Método de estimulación precoz (0‑2 años)

- M. Isabel Zulueta

- M. Teresa Molla

 

Como resultado de la práctica de investigación de estos últimos 8 años hemos estandarizado y normalizado la escala de desarrollo de Brunet-Lezine con la población cubana (C. Habana) de edades temprana y prescolar.  Consideramos que esta prueba es una de las de mayor confiabilidad y validez para el estudio de las desviaciones en el desarrollo intelectual en edades prescolares.

 

También en esta última década hemos trabajado en la elaboración de una prueba psicolingüística que estudia el lenguaje desde el punto de vista estructural, teniendo en cuenta sus componentes, funciones e interrelación con el pensamiento, la cual se sustenta en el principio de ontogénesis fonológica, léxico semántica y morfosintáctica. Es aplicable en edades comprendidas entre 9 meses y 6 años.

 

Además hemos concebido nuestra propia prueba  de desarrollo, tomando en consideración indicadores del desarrollo neuropsíquico peculiares al niño cubano que tiene  en cuenta las áreas, procesos y funciones psíquicas de estas edades, así como la actividad rectora de estos períodos.

 

Por último habría que decir que hemos diseñado una escala para medir el desarrollo psicomotor, la cual está encaminada a determinar el coeficiente de desarrollo psicomotriz y una prueba para el estudio de la dominancia hemisférica (lateralidad) y de la orientación espacial, las cuales se encuentran en el momento actual en proceso de tipificación para después aplicarlas con el propósito de determinar desviación en el desarrollo de esta área.

 

Estas pruebas psicodiagnósticas no las examinaremos en esta ocasión porque se encuentran aún en fase de estudio pero si consideramos honesto anticipar sus posibilidades de aplicabilidad y rigor científico, sobre todo en menores latinoamericanos de habla hispana.

 

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