LA ESCUELA ESPECIAL PARA NIÑOS CON TRASTORNOS INTELECTUALES. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

 

Cuando hablamos de deficiencias intelectuales de inmediato pensamos en los niños con retardo mental.

Bajo el nombre de retardados mentales se reúne generalmente el grupo de niños que se quedan retrasados en su desarrollo, y en el proceso de la enseñanza escolar ponen de manifiesto la incapacidad para ir al paso de la masa restante de niños. En realidad el grupo de niños retardados mentales es complejo en cuanto a su composición ya que las causas y la naturaleza del retardado mental pueden ser totalmente diferente. Esto trae como consecuencia que existan múltiples criterios acerca del concepto de retardo mental.

Para nosotros el niño con retardo mental es aquel que presenta primariamente un trastorno estable en la actividad cognoscitiva, que se hará mayor o menor en dependencia del grado de retardo mental. Esta concepción considera el retardo correspondiente en la esfera emocional-volitiva, renunciando así a una posición intelectualista en la interpretación del problema. Otro elemento que completaría la disfunción del retardo mental es el aspecto causal. En este caso se considera la presencia de  una lesión orgánica central que puede estar dada por múltiples factores.

Muchas veces comprobar la presencia de una lesión orgánica central resulta imposible a través de los exámenes neurológicos correspondientes, y la observación clínica tampoco aporta datos confiables como para decir categóricamente "en este caso existe un daño neurológico". Sin embargo, la investigación psicopedagógico a partir del informe que envía la escuela, resulta importante, pues demuestran la presencia de un trastorno estable en la actividad cognoscitiva y caracterizan el nivel de funcionabilidad del sujeto por debajo de la norma. Por tanto, la investigación del estado psíquico del niño y su rendimiento desde el punto de vista pedagógico es determinante en el diagnóstico.

Las causas del retardo mental como habíamos planteado anteriormente, están dados por una lesión cerebral en los períodos prenatal, perinatal y postnatal, sobre todo surgen como consecuencia de diferentes factores externos que influyen negativamente en el desarrollo intrauterino del  feto tales como enfermedades infecciosas contraídas por la madre durante el embarazo: grupos virales graves, tifus, viruela, distrofia, contaminación del feto con toxoplasmosis, espiroquetas de la sífilis y otras. También afecciones traumáticas del feto como: aplicación de forceps, opresión de la cabeza del niño al nacer, hechos que ocurran en partos demorados, prolongados o por el contrario excesivamente rápidas. Otras veces surge como consecuencia de enfermedades del niño en las más tempranas edades de su vida, como por ejemplo: meningoencefalitis, alteraciones en los procesos metabólicos, fenilcetonuria, idiocia familiar amaurótica entre otras. Existen enfermedades de origen prenatal que no podemos dejar de mencionar pues por lo general están asociadas a retardo mental y desgraciadamente, aparecen con alguna frecuencia, me refiero a la hidrocefalia y a la microcefalia. El conocimiento de estas causales unidos a los aspectos psicopedagógicos que caracterizan a este tipo de niño facilitan en la actualidad su diagnóstico e intervención temprana.

En los casos donde el retardo mental es muy marcado, digamos de moderado a profundo la detección y el diagnóstico transcurre más tempranamente. Los niños son detectados en el área de salud a la cual pertenecen o en los círculos infantiles o son llevados por sus propios familiares a los centros hospitalarios o a los centros de diagnóstico y orientación de su municipio o provincia. Sin embargo una buena cantidad permanece oculta hasta que entra en la escuela regular y comienzan a manifestar características diferentes a los de los niños de su edad. El niño retardado mental débil, como lo nombra L. S. Vigotski, se  diferencia dentro del colectivo escolar, se aleja del colectivo escolar o como ocurre con mayor frecuencia, la línea de su desarrollo en el colectivo, la línea del desarrollo del aspecto social de su conducta, llega a ser ostensiblemente lenta, monótona, uniforme, debido a que su avance tropieza con  dificultades a causa de su retardo mental. Estos casos son inmediatamente detectados por el maestro, que redacta una caracterización psicopedagógica del niño y lo remite para su estudio al Centro de  Diagnóstico y Orientación.

Por supuesto, el proceso de detección del niño con dificultades en la escuela constituye una gran responsabilidad. No siempre  las dificultades intelectuales responden a la presencia de un retardo mental. Existen mitos que afectan la correcta interpretación de estos problemas. Por ejemplo: "los niños que presentan problemas de lecto-escritura deben ser sometidos a una pedagogía especial (Magaly Muñoz de Pimentel en “Dificultades en el Aprendizaje: mitos y realidades). La presencia de mitos como este en el trabajo pedagógico, trae  como consecuencia que niños con problemas específicos de aprendizaje sean detectados y diagnosticados como niños con retardo mental leve y por tanto con necesidades educativas especiales, aunque no es menos  cierto que necesitan una atención especial pero en el marco de la educación general.

Para lograr la correcta diferenciación entre uno y otro es necesario comprender que es un problema específico de aprendizaje y de esta forma saber conscientemente, y no por decantación, cuando estamos en presencia de él. Este término no incluye impedimentos visuales, del oído o de índole motor retrasados mentales o condiciones precarias de tipo ambiental, cultural o económico, por tanto hay que descartar dentro de esta categoría a los niños con niveles inferiores de maduración a causa de

o abandono pedagógico. Debemos entender por problemas específicos de aprendizaje el trastorno de uno o más procesos psicológicos básicos, asociados con la comprensión o el uso del lenguaje hablado o escrito, que puede manifestarse como una deficiencia para escuchar pensar, hablar, leer, escribir, deletrear o calcular.

Una definición mucho más clara y completa de este término es la difundida en Estados Unidos por la "National Joint Commettee on Learning Desabilities" que define: "Problemas de aprendizaje es un término genérico que se refiere a un grupo heterogéneo de trastornos que se manifiestan como dificultades graves para adquirir y aplicar habilidades para escuchar, hablar, leer, escribir o realizar cálculos matemáticas. Dichos trastornos son intrínsecos al individuo y al parecer se deben a una disfunción en el Sistema Nervioso Central. Si bien un problema de este tipo puede ser concomitante a otras limitaciones (por ejemplo deterioro sensorial, retraso mental o perturbación social y emocional) o a factores ambientales (tales como problemas culturales, instrucción insuficiente o inadecuada o factores psicogenético), no es consecuencia directa de los mismos.

Como ya dijimos se suele definir por exclusión a los problemas de aprendizaje. Por tanto se rechaza la idea de que los niños las adquieran a causa de retraso mental, perturbación emocional, impedimentos visuales y auditivos, estados de invalidez o desventajas ambientales, Qué es lo que queda?, según esta explicación si el niño no aprende y la falta de aprovechamiento no tiene justificación debe existir alguna disfunción cerebral, lo cual no implica que tenga necesariamente que haber una lesión cerebral. Otro elemento importante que podemos considerar como factor etiológico en estos casos son las dificultades didácticas tales como una enseñanza inadecuada. La falta de maestría pedagógica y la concepción errónea del carácter frontal de la clase sin considerar las diferencias individuales pueden ser causas de dificultades específicas de aprendizaje.

Pienso que en este último factor etiológico debemos reflexionar. Resulta injusto culpar siempre al niño de sus problemas, por ello el maestro de la enseñanza regular debe estar bien preparado para detectar los casos con las dificultades en el aprendizaje, caracterizarlos y actuar en consecuencia buscando la ayuda que precise y no enviarlo a los Centros de Diagnóstico y Orientación como un posible retardo mental leve, ya que el equipo multidisciplinario del Centro de Diagnóstico y  Orientación no tienen la posibilidad de observar la conducta diaria del niño, su rendimiento en cada asignatura y la caracterización psicopedagógica de la escuela que lo remite, no resultaría un punto de partida objetivo para el estudio del caso.

En nuestro país existe una gran conciencia de la necesidad de la correcta interpretación de los trastornos intelectuales y en esa dirección se esfuerza en estos momentos la preparación, desde las aulas universitarias, de los maestros de enseñanza general y especial. Además en los últimos años se crea y se desarrolla con resultados positivos el Laboratorio Experimental de dificultades del aprendizaje adjunto al CELAEE, en este laboratorio existe un equipo multidisciplinario que investiga la detección, el diagnóstico y la intervención en casos de problemas de aprendizaje en niños de nivel escolar básicamente. No obstante la proyección de este trabajo hacia la enseñanza preescolar y la enseñanza media y superior también es una necesidad que ya se ha hecho consciente y hoy ofrece algunos resultados, sobre todo, en la educación preescolar.

Retomando nuevamente al diagnóstico del niño con retardo mental debemos destacar que en estos casos la participación del equipo multidisciplinario de los Centros de Diagnóstico y Orientación es imprescindible. El niño es sometido a un profundo estudio en estrecha coordinación con el Ministerio de Salud Pública que abarca:

·        La investigación del estado físico del menor

·        La investigación neurológica

·        La investigación psicopatológica o psiquiátrica

·        La investigación psicológica

·        La investigación pedagógica

·        La investigación del lenguaje

De esta forma se podrá arribar a un diagnóstico integral médico-pedagógico=psicológico y social, precisar el grado de retardo oriental y ofrecen recomendaciones pedagógicas, médicos y psicológicos al respecto. A partir de aquí se orienta la ubicación del alumno en una u otra institución especial, es decir en un aula de retardados mentales leves, en un aula de retardados mentales moderados y moderados agravados o a instituciones del Ministerio de Salud Pública para retardados mentales severos y profundos. En el caso de niños pequeños con retardo mental marcado serán remitidos al círculo infantil para niños con trastornos neuropsíquicos.

Hasta aquí podemos hacer un balance. En la detección y el diagnóstico de los niños con deficiencias intelectuales participan activamente la familia, la escuela, la comunidad y las instituciones de Salud Pública y educación correspondiéndole un papel preponderante en el destino del niño a la escuela regular y a los Centros de Diagnóstico y Orientación.

Pero, una vez detectados y diagnosticados estos casos, qué estrategias de intervención se adoptan?. Por supuesto, la estrategia de intervención varía en dependencia del tipo de afectación que presente el niño y de las recomendaciones que emanen del proceso de diagnóstico.

En casos de niños con dificultades en el aprendizaje son muchas las interrogantes que podemos formularnos:

¿Cuál es la mejor manera de atender a los alumnos con problemas de aprendizaje?

¿Qué modelo de intervención es el más indicado para estos alumnos?

¿Qué ventajas ofrece el tratamiento medicamentoso en estos casos?

¿Cómo se debe preparar a los profesionales que trabajarán con estos alumnos?

Creo que lo más importante en nuestro caso es que independientemente de que estas interrogantes pueden ser respondidas de forma diferente, que existen múltiples criterios acerca de esto y que aún no hemos coordinado todos los esfuerzos y potencialidades que poseemos en esa dirección, coincidimos en que ellos existen, que están en las aulas y necesitan y espiran una atención especial.

Hay para la atención al niño con dificultades en el aprendizaje se adoptan diferentes alternativas. Son atendidas en las escuelas de educación regular, en escuelas especiales, en los departamentos de psicopedagogía de los Centros de Diagnóstico y Orientación y para ellos se perfilan líneas de trabajo durante la clase frontal y la terapia individual recibe una preparación que le permite aplicar el principio del trabajo individual y  diferencial con estos casos.

¿Qué aspectos se tienen en cuenta en sentido general, para el tratamiento a los niños con dificultades en el aprendizaje?

1.    Precisar para cada actividad el objetivo esencial y no   detenerse, al evaluar el resultado en aspectos no significativos.

2.    No exigen al alumno más de lo que él puede dar, recordamos que   aunque su intelecto es normal, hay aspectos para los cuales   denota discapacidad. 

3.    El especialista debe estar preparado para tolerar y encausar   las reacciones del alumno ante la frustración, no mostrar   cansancio o impaciencia, el alumno necesita tiempo.

4.    Varían el volumen y la complejidad de las tareas aunque   necesite más  sesiones de trabajo y mayor tiempo para vencer   los objetivos esenciales del programa.

5.    Varios métodos y procedimientos. No todos los alumnos aprenden   de  la misma forma, por tanto, se puede apelar a procedimientos   pocos usuales, a veces en desuso por su antigüedad por ejemplo:   permitirle en letra script y no cursiva por su deficiencias   en   el trazado de los rasgos o emplear una máquina de escribir,   calcular empleando vías y procedimientos diferentes; si hay   dificultades ortográficas severas apelar al perfil ortográfico   para su autocontrol y diagnóstico, etc.

6.    Colocarlo en un lugar adecuado dentro del aula para que no se   distraiga,  ambientar  el  local,  orientar  su  actividad con claridad  y sencillez.

7.    Descubrir las estrategias que emplea el niño para defender o   para desempeñarse. Si nos percatamos que no posee recursos   propios para estudiar y aprender debemos proporcionárselos y   aportarle recursos colaterales para memorizar, reproducir etc.

8.    Durante las terapias individuales se deben planificar   actividades especiales para desarrollar los procesos cognitivos   con el apoyo del psicólogo escolar.

9.    Orientar y preparar a los padres con vistas a apoyar al alumno   en el plano emocional así como en el cumplimiento de las tareas   escolares, también es una estrategia impostergable.

En los casos de niños con retardo mental, resultan suficientes estas recomendaciones?, por supuesto que no. La intervención en casos de retardo mental leve y moderado e incluso moderados agravados se realiza en escuelas especiales a través de programas de diferentes asignaturas que responden a los objetivos generales de un plan de estudio. La enseñanza se despliega a lo largo de tres ciclos, que se suceden a continuación del grado preparatorio. Estos ciclos abarcan:

·        1er. Ciclo   de 1ro a 4to. grado

·        2do. Ciclo   de 5to. a 6to. grado

·        3er. Ciclo   de 7mo a 9no.  grado

En el grado preparatorio el niño recibe nociones elementales de matemática, actividades de pre-escritura, conocimiento del medio, artes plásticas, educación laboral, educación musical etc. y a través de ellos el maestro descubre y trabaja sobre las deficiencias en la organización psíquica de cada niño y despliega una actividad pedagógica planificada para su corrección o compensación. El desarrollo de la integración perceptiva motriz de la motilidad ocular, la percepción de la forma, el tamaño y el color, la lateralidad, la direccionalidad, la orientación espacial y  corporal, el comportamiento, la regulación postural y el desarrollo de habilidades en el trabajo con conjunto como base para el aprendizaje matemático, el desarrollo de habilidades motrices entre otros, son algunos de los aspectos que se desarrollan y aseguran el nivel de partida para la entrada del niño en el primer ciclo.

A partir de primer grado al niño enfrenta el estudio de asignaturas como Matemática, lecto-escritura, Ciencias Naturales, Conocimiento del medio, Educación física entre otros. Dichos programas se hacen más o menos complejas en dependencia del grado de retardo mental, es decir, si es para un aula de ligeros o si es para moderados o moderados agravados. Para estos últimos, los objetivos se simplifican considerablemente. Por supuesto estos programas están sometidos al estudio y perfeccionamiento continuo. La Educación Laboral es una de las asignaturas del plan de estudio de la educación para retado mental, que posibilita más la solución del problema de la adaptación social de los alumnos, pues a través de ella se logra la formación de hábitos laborales y habilidades que le proporcionan una preparación para el trabajo, con el fin de incorporarlos como productores de bienes materiales a la vida social. El maestro de educación laboral tiene la responsabilidad de educar al alumno en la formación de hábitos laborales correctos. En cuanto a la organización del puesto de trabajo, la aplicación de las normas de seguridad e higiene del trabajo y en el cumplimiento de la disciplina laboral.

La preparación laboral de los alumnos con retardo mental consta de tres etapas:

Primera Etapa: Trabajo manual que comprende los grados de primero a cuarto. En esta primera etapa los alumnos adquieren hábitos y habilidades laborales elementales, mediante el trabajo con cartón, papel, cartulina, plastilina, madera, metal, productos naturales y de desecho.

Segunda Etapa : Orientación laboral, que comprende los grados quinto y sexto. En esta etapa los alumnos desarrollan las capacidades, hábitos y habilidades simples de trabajo, pre-laborales. Además realizan trabajo socialmente útil. En quinto grado los varones se incorporan al taller de metales y las hembras al taller de confecciones y en sexto van a la carpintería y construcciones.

La incorporación de los  alumnos a los diferentes áreas de trabajo permite determinar en la tercera etapa de preparación laboral, el taller en el cual el alumno recibirá su preparación profesional.

Tercera Etapa. Esta etapa de preparación profesional comprende los grados séptimo, octavo y noveno. En ella los alumnos adquieren la preparación de un oficio determinado y realizan prácticas de producción relacionada con el perfil laboral, con el objetivo de que se identifiquen con el colectivo de trabajadores de ese centro y se familiaricen con las actividades productivas y el proceso productivo que tiene lugar en la fábrica o el taller.

Una vez concluida la tercera etapa y con ella la estancia del joven en la escuela, y en coordinación con el Comité Estatal del Trabajo y otras instituciones se garantizan su inserción laboral en correspondencia con la preparación recibida hasta ese momento.

Con el objetivo de prepararlos para la vida y lograr una mayor integración el medio, las instituciones pertenecientes al Ministerio  de Salud Pública y en coordinación con el Ministerio de Educación trabajan con los niños adolescentes y jóvenes con retardo mental severo o profundo con vistas a:

·        Lograr la socialización y comunicación con el medio de acuerdo  con sus posibilidades.

·        Desarrollar habilidades motrices.

·        Lograr la formación de hábitos de autocuidado e independencia.

En estas instituciones se han creado talleres protegidos donde elaboran objetos artesanales variados que son comercializados con gran aceptación. Además cultivan parcelas de autoconsumo y de plantas ornamentales y se dedican a la cría y recría de animales domésticos. Por supuesto, a estas actividades se incorporan teniendo en cuenta las posibilidades de cada uno, el sexo y sus intereses.

Como vemos, la intervención en casos de retardo mental depende fundamentalmente del grado de retardo aunque en sentido general el objetivo esencial apunta hacia la preparación laboral en todos los casos.

Si bien es importante en casos de trastornos intelectuales la detección temprana, el diagnóstico y la intervención, no es menos importante la prevención. En casos de dificultades en el aprendizaje resulta necesario profundizar en la preparación de los maestros como una vía para evitar la aparición del problema, y cómo vía para erradicar el problema. Sin embargo, en casos de retardo mental la propaganda que realiza el Ministerio de Salud Pública a través de los medios de difusión masiva para evitar los factores de riesgos durante el embarazo; las consultas de genética para la planificación familiar; la interrupción oportuna del embarazo etc. resultan imprescindibles para evitar las causas del retardo mental.

En nuestro país existe un amplio programa de Salud que en coordinación con el Ministerio de Educación está dirigido a la prevención de los problemas intelectuales.

Los niños que presentan defectos sensoriales: auditivos, visuales y del lenguaje presentan algunas características específicas en el desarrollo y formación de las cualidades psíquicas y en general de la personalidad, por lo que requieren de una atención especial, sin que esto implique segregarlos.

Para el diagnóstico, los niños que presentan deficiencias visuales se agrupan de acuerdo con el estado de la agudeza visual y atendiendo a los procedimientos que emplean en la percepción del material docente y en su orientación especial.

Los niños ciegos y prácticos ciegos asisten a escuelas especiales, donde las actividades que desarrollan en el proceso docente educativo se fundamentan en procedimientos táctiles y auditivos; leer y escribir por el Sistema Braile. Emplean los libros de la educación regular transcriptos al Sistema Braile, así como medios técnicos y de enseñanza especiales. Los prácticos ciegos además emplean ayuda ópticas.

En la actividad docente la interacción de los analizadores conservados, así como la participación de los residuos del afectado, desempeñan un importantísimo papel en la compensación de la ceguera. Los residuos visuales pueden ser utilizados en la observación de objetos y la orientación espacial, fundamentalmente.

En las instituciones se aplican medidas para la conservación y el empleo racional de la visión deficiente durante las clases, porque ésta en condiciones inadecuadas, empeora. Por esta razón se establece un régimen de adecuada carga visual, en el que está combinada la actividad del trabajo y del descanso.

Cuando la agudeza visual en el ojo mejor es de 0,4-0,5 y más con corrección, generalmente no se observan manifiestas desviaciones secundarias. Estos niños estudian en escuelas regulares, aunque son liberados de algunas actividades y encargos sociales, ya que el aumento de la carga docente puede influir negativamente en su capacidad de trabajo.

Ante las formas adquiridas de debilidad visual es muy importante tener en cuenta cuáles fueron las causas que la motivaron y a qué edad apareció. DE acuerdo con esto se comenzarán a enseñar a los niños, métodos y procedimientos adecuados al grado de deficiencia y a sus potencialidades, para el empleo de la visión durante la clase se exige del maestro el empleo de distintas formas de trabajo individual con esos niños.

De acuerdo con el carácter de la afección visual, algunos defectos pueden superarse, otros sólo pueden ser corregidos y otros pueden ser compensados. En nuestro país el Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Educación se encargan de la detección temprana, atención y prevención de los defectos visuales. El laboratorio experimental de deficiencias visuales estudia la aplicación de diferentes formas de intervención, priorizando el trabajo con la familia, vías de integración de estos niños, contenidos pedagógicos entre otros.

El grupo nacional de oftalmología infantil presta una especial atención a los defectos visuales infantiles desde edades tempranas y se han creado Centros Especiales de Oftalmología infantil que atienden niños con defectos visuales recuperables, donde reciben tratamiento médico, pedagógico y psicopedagógico. Por ejemplo en los casos de Ambliopia, después de corregir el defecto orgánico apreciamos que no se recobra la función correcta del analizador visual, por lo que corresponde al maestro desarrollar ejercicios para crear reflejos visuales y ejercitarlos hasta convertirlos en hábitos visuales.

Después de eliminarse el defecto, los niños se reintegran a las aulas de educación primaria, para continuar sus estudios. Los débiles de visión y los ciegos en la mayoría requieren de instituciones especiales para su educación preescolar y para cursar los estudios de nivel medio y medio superior. Con posterioridad, se integran a instituciones superiores donde estudian junto con los videntes.

La prevención debe comenzar desde que se detecta el trastorno. Se puede prevenir la aparición de desviaciones secundarias en su desarrollo físico y psíquico, lo cual se logra mediante el empleo de procedimientos especiales de enseñanza, medios ópticos y técnicos y la realización de un trabajo educativo correctivo especialmente dirigido a la creación de condiciones higiénicas indispensables: aumento de iluminación, empleo de libros especiales con letra ampliada e ilustraciones claras, creación de un régimen de carga visual racional y combinación correcta del estudio el trabajo y el descanso.

Los trastornos auditivos conducen a una mayor o menor deficiencia de la función verbal. El grado y carácter de los trastornos del lenguaje son diversos, desde los defectos de la pronunciación, hasta la ausencia total del habla.

La clasificación de los trastornos del analizador auditivo se realiza con el objetivo fundamental de crear condiciones organizativas para la educación y la enseñanza de los niños que tienen este analizador afectado. Esta agrupación debe tener en cuenta, el grado de afección de la función auditiva, el momento en que apareció y el estado en que se encuentra el lenguaje.

En dependencia del grado de afección se distinguen dos tipos de deficiencia auditiva sordera e hipoacusia. Como sordera se entiende la pérdida total que impida la comunicación verbal con ayuda del oído a aquellas personas que dominan el lenguaje oral en el momento de la pérdida auditiva, o que impidan su dominio sin un proceso especial de enseñanza a los niños que aún no lo poseían al producirse la sordera. La Hipoacusia es la pérdida parcial de la audición que dificulta el desarrollo del lenguaje oral y su pleno dominio; la hipoacusia puede manifestarse en diferentes formas: ligera o discreta, moderada y grave o severa.

El niño que sufre una hipoacusia ligera o leve puede ser ubicado en una escuela regular, igual que el hipoacúsico moderado, pero con tratamiento, generalmente los casos de hipoacusia severa asisten a escuelas especiales de hipoacúsicos. Cuando la deficiencia auditiva es profunda, el niño es ubicado en una escuela especial de sordos.

La detección, el diagnóstico y la orientación del defecto auditivo se realiza con la participación de hospitales pediátricos y el equipo multidisciplinario del Centro de Diagnóstico y Orientación. Ellos realizan la ubicación del niño deficiente en instituciones preescolares y escolares, teniendo en cuenta: el grado del defecto, la edad en que surgió la sordera o la hipoacusia, el desarrollo o posibilidades de desarrollo del lenguaje que ellos tienen, las posibilidades individuales y sus condiciones antes de ingresar  en la institución.

El maestro de la escuela de niños oyentes recibe una preparación especial que le permite trabajar con el deficiente auditivo que forma parte de su grupo, y pueda desarrollar en él habilidades y destrezas necesarias para su incorporación activa a la sociedad.

De inestimable valor resultará el trabajo que realice el maestro con el resto del grupo, es decir, con los niños oyentes, encaminado a crear una actitud favorable en el colectivo infantil con respecto al niño hipoacúsico. Con mucho tacto trabajará para que el deficiente auditivo se apropie de los conocimientos, se incorpore a los juegos y demás actividades recreativas y participe activamente junto a sus compañeros.

En las escuelas especiales para niños con dificultades severas en la audición se combinan diferentes métodos, procedimientos especiales y medios técnicos encaminados a utilizar al máximo los restos auditivos y los analizados conservados: visual y característico. Se desarrolla el plan de estudio dirigido a la socialización y al desarrollo de formas de comunicación en el niño, oral y gestual.

La amplificación de sonidos, favorecen una percepción más eficaz del lenguaje hablado. Además en los primeros grados de enseñanza del sonido se utiliza la dactilogía y la lectura labio-facial.

Los planes de estudios para los alumnos sordos e hipoacúsicos permiten alcanzar el nivel medio y medio superior de los escolares que no presentan defectos en la  audición. Esto posibilita  que puedan continuar estudios superiores o incorporarse a carreras técnicas.

La educación especial del deficiente auditivo propicia que éste interactúe con los niños oyentes en actividades docentes extradocentes y extraescolares. El laboratorio experimental de Audición y Lenguaje estudia diferentes estrategias de intervención e integración en estos casos.

Los trastornos del lenguaje son diversos en cuanto a su etiología y formas de manifestarse. Es toda desviación de la norma general de cada lengua, ocurridas en el lenguaje de una determinada persona o grupo de personas.

Cuando surgen los trastornos del lenguaje no desaparecen por sí solos, sino que se arraigan y se agudizan si no se imparte en adecuado tratamiento para el desarrollo del lenguaje, no se corresponden con la edad del hablante y la aparición de estas alteraciones en el niño, puede reflejarse en su desarrollo ulterior, frenándolo o distorsionándolo.

Los trastornos más frecuentes en la población infantil son: La Dislalia fonética y fonológica, las alteraciones de la voz y la tartamudez. También encontrarnos trastornos más complejos que afectan el desarrollo ontogenético del Lenguaje como la Disartria, la Rinolalia, la Alalia o afosia del Desarrollo y los casos de Retardo del Lenguaje relacionados en su aparición con factores psicosocioafectivos.

Los errores en el Lenguaje oral afectan la adquisición y el desarrollo del Lenguaje escrito, ya que el lenguaje oral surge primero y ambas formas se desarrollar estrechamente relacionadas. Es por ello que las anomalías del lenguaje, afectar la relación social y la adaptación escolar, limitar las posibilidades cognoscitivas e influyen desfavorablemente en la formación de la personalidad.

Lo explicado anteriormente ratifica la necesidad de diagnosticar lo más precozmente la alteración verbo-vocal, para ello tomamos como edad límite los 4 años, lo que no implica que en casos de trastornos complejos como la Disartria y la Rinolalia se precisen con anterioridad a esa edad indicadores desviados para comenzar su estimulación.

El proceso del diagnóstico es complejo y en el participa un equipo interdisciplinario cargado de precisar su etiología, carácter, sintomatología, forma de manifestarse, así como determinar el tratamiento médico en los casos necesarios; las orientaciones generales y específicas para la rehabilitación psicolingüística y la ubicación escolar del menor.

En Cuba la atención de niños con alteraciones del lenguaje cuenta con una amplia red de instituciones atendidas por el MINSAP y el MINED.

Teniendo en cuenta la gravedad de la afección comunicativa del niño y sus implicaciones en las esferas cognitivas y afectivo volitiva se ubican para causar estudios en escuelas regulares y en escuelas para la educación de niños con trastornos severos del Lenguaje. Además en instituciones preescolares son atendidos por especialistas de lenguaje que estimulan el mismo y orientan a los educadores y a los padres para prevenir la aparición del cuadro sintomatológico.

Los niños que asisten a las escuelas regulares son atendidos por el especialista de lenguaje, encargado de impartir los tratamientos sistemáticos y de orientar al maestro el trabajo diferenciado que debe realizar durante el proceso docente-educativo.

En las escuelas especiales que atienden a niños con trastornos severos del lenguaje se desarrolla en tratamiento más intenso y sistemático y además, una  programación especial de los contenidos docentes para que puedan ser asimilados por este tipo de escolar. Reciben además una preparación profesional que le permite una adecuada incorporación a la vida laboral.

La permanencia de los niños en este tipo de escuela es transitoria, en la medida que va superando los trastornos del lenguaje, se van incorporando a los grados correspondientes de la escuela regular para continuar sus estudios con vistas al perfeccionamiento de las estrategias de intervención en casos de defectos sensoriales se desarrollan experiencias en las escuelas-laboratorios adjuntos al CELAEE. Estos laboratorios se debe a los esfuerzos que realizan los Ministerio de Salud Pública y Educación para la prevención de estas deficiencias.

En la valoración del niño psíquicamente alterado encontramos frecuentemente el síntoma elevado a categoría diagnóstica y así lo recoge nuestro glosario cubano de clasificación internacional de Enfermedades Psiquiátricas (GC-2) de 1983 considerando los síntomas especiales (307). No se justifica esta categoría por proceder de iguales etiológicas dado que, no sólo esta clasificación no es etiológica sino que la etiología es referida de modo diferente de acuerdo con las consideraciones teóricas que se consideren. Es por esto que los autores psicoanalistas hablaron de fijaciones, regresiones y mecanismos de defensa en su producción; en tanto los reflexólogos se referirán a factores condicionantes, los conductistas a condicionamientos operantes y los organicistas a elementos lesionales no detectados o a factores genéticos o constitucionales. En realidad siempre deberán ser enfrentado a un espíritu investigativo.

Debemos enfatizar que con frecuencia aparecen en la infancia estos síntomas como única manifestación en tanto que otras veces forman parte de cuadros neuróticos o psicóticos. Los síntomas más frecuentemente observados son: Enuresis, incomprensión, tíos, tartamudez, sonambulismo, terror nocturno, anorexia, bulimia, onicofagia, succión del pulgar entre otros.

En cuanto al enfoque sindrómico de las enfermedades psiquiátricas volvemos a tropezarnos con los diferentes enfoques etiológicos que hacen que no pueda tomarse un criterio unanimemente aceptado.

Intentaremos enfrentar esta situación considerando cinco síndromes fundamentales que pudieran ser desglosados en diferentes entidades gnoseológicas.

·        Síndromes que implique organicidad

·        Síndrome Deficitario

·        Síndrome Psicopático

·        Síndrome Neurótico

·        Síndrome Psicóltco

Síndrome que impliquen originalidad: Debemos considerar un trastorno encefálico agudo producido por enfermedad infecciosa, tóxica o de otro tipo del sistema nervioso central. En este caso puede aparecer un síndrome psícotico o no psicótico. El síndrome tendría características especiales de síndrome confusional dadas por alteraciones en el nivel de vigilia, desorientación auto y alopsíquica, alucinaciones y delirios mal sistematizados, cambiantes y generalmente de terror. El síndrome no psicótico puede ser muy variable ya que estaría en relación con las características de personalidad de nuestro niño; más frecuentemente estaría dado por un cuadro de gran irritabilidad, labilidad afectiva y sensaciones subjetivas cefálicas.

Cuando se trata de un trastorno encefálico crónico la constatación clínica será la de un cuadro de deficiente mental al que más abajo nos referiremos o lo que ha dado en llamarse una "disfunción cerebral mínima". Esta última consideración se ha preferido referir como frase calificativa de algunos síndromes hiperkinéticos pero en realidad implica un carácter lesional no siempre bien constatado por nuestros medios diagnósticos. Existen seis elementos o síntomas a considerar en este síndrome de disfunción cerebral mínimo todavía discutible.

Primero: la hiperkinesis que puede ser sensorial o motriz, es decir que el niño reacciones a estímulos no esenciales o que cualquier cosa quede dentro de su campo visual o esté al alcance de sus manos se convierta en estímulo al que tiene que reaccionar.

Segundo: la disociación o incapacidad de ver las cosas como un todo que se pone de manifiesto en el test de Bender.

Tercero: la inversión del campo visual o sea la facilidad para referirse al fondo de las cosas más que alas figuras concretas.

Cuarto: la perseveración o incapacidad para cambiar fácilmente de una actividad a otras debido a la prolongación de un estímulo.

Quinto: la torpeza motiva que se pone en evidencia por dificultades en atarse los zapatos, abotonarse la camisa o saltar en un sólo pie.

Sexto: la disminución de la memoria que se expresa en la necesidad de una enseñanza reiterativa

En este cuadro la inteligencia casi siempre aparece en un límite inferior pero puede ser considerada como normal.

Síndrome deficitario: Aquí estarían incluidos los niños que presentan grandes deficiencias en el aprendizaje escolar y el razonamiento. Generalmente la memoria no está afectada y a veces nos sorprende la aparición de algunas habilidades que nos hacen pensar que existen territorios sanos.

Cuando se alteran el lenguaje y la motricidad el cuadro se nos presenta más evidente. Lo más importante es la consideración de que existen diferentes grados que van desde la imposibilidad de aprendizaje escolar hasta la necesidad de una educación especial.

Síndrome psicopático: En principio no podemos considerar la existencia de un síndrome psicopático en los niños dado que previamente debíamos admitir que puedan aparecer trastornos de personalidad en ellos. Dado que la personalidad no se encuentra aún estructurada en ellos sino que está en proceso de formación no es posible considerar la aparición en niños de personalidades psicopáticas que "son aquellos individuos que por presentar con carácter permanente, un desequilibrio o disarmonía interna de los factores que integran la personalidad, tienen un tipo de comportamiento o conducta fuera de las normas vigentes establecidas en su grupo social". Es por esto que el cuadro sindrómico que caracteriza a la timidez (ansiedad de separación, temor al extraño, apegamiento materno, temores e inhibiciones y grandes dificultades en las relaciones sociales y el afeminamiento (voz, gestos, modo de andar y correr femeninos, agresiones más verbales que físicas y preferencia por jugar con niñas) deben ser mejor consideradas como trastornos en la formación de la personalidad que como entidades psicopáticas.

Síndrome Neurótico: En los niños es poco frecuente que aparezcan verdaderas neurosis similares a las de los adultos ya que la entidad misma implica un estado de equilibrio patológico que difícilmente pudiéramos considerar en la niñez. Es por esto que nuestro glosario actual se refiere a estos procesos como "alteraciones de las emociones y formación de la personalidad" considerando que en niños y adolescentes existe una estabilidad intermedia debido a la mayor plasticidad de la conducta a esas edades. Aún considerando que el niño es un gran desconocedor y por tanto un gran ansioso tendríamos que considerar en el síndrome neurótico la existencia de un grado mayor de ansiedad a mas de inhibiciones en su conducta que no interfieren, sin embargo de manera ostensible con sus funciones adaptativas. Los síntomas sobreañadidos pueden ser muy variables: hiperactividad, llanto alteraciones del sueño etc.

Síndrome Psicótico: Resulta aún más difícil la aparición en los niños de verdaderos cuadros psicóticos. La psicosis siempre implica una desvinculación de la realidad objetiva y cuando esto ocurre a edades muy tempranas aparece un deterioro intelectual que nos hace dudar sobre lo que apareció primero, si el déficit o la psicosis. En los primeros años se acostumbra considerar un síndrome psicótico denominado "autismo" constituido  por relaciones más fáciles con objetos que con personas, incapacidad para establecer relaciones interpersonales y lazos afectivos, graves mecanismos obsesivos-compulsivos y alteraciones en el lenguaje. De una manera general el síndrome psicótico en los niños estaría dado por:

a)    El lenguaje se altera tanto más cuanto menor es el niño, llegando con frecuencia al mutismo completo. Lo que descarta su posible organicidad es que a veces pronuncian una frase perfectamente construida.

b)    Los movimientos se hacen imprecisos, faltos de gracia y extraños, alterándose la conducta general.

c)    El juego es casi totalmente abandonado siendo sustituido por actividades repetitivas y monótonas.

d)    d)Las alteraciones rara vez aparecen antes de los 8 años y son más frecuente las visuales.

e)    El déficit intelectual puede ir haciéndose progresivo lo que dificulta frecuentemente el diagnóstico diferencial con las    oligofrenias verdaderas.

En cuanto a la evaluación y el diagnóstico de las alteraciones emocionales de los niños existen controversias contínuas respecto a si es más apropiado un modelo de diagnóstico médico o psicosocial. A este respecto, sigue habiendo dos escuelas de pensamiento.

El método psiquiátrico descriptivo puede llegar a ser el sistema más utilizado para la clasificación y el método empírico dependiente de las descripciones conductuales. Ambos no nos proporcionan un sistema válido y confiable.

El uso del rotulado, la etiqueta se ha enfrentado a muchas objeciones sobre la base de que hace hincapié en los aspectos negativos, se refiere sólo a una porción pequeña del funcionamiento del niño, reduce las esperanzas y la estimación propia entre otras. No obstante utilizar la clasificación para despejar mejor las potencialidades que debemos desarrollar  a partir de nuestra concepción del desarrollo del niño nos parece útil. El modelo de diagnóstico que utilizamos es médico, psicológico y pedagógico.

En nuestro medio se realizó un trabajo de unificación de criterios entre especialistas de los diferentes organismos que tienen la misión de educar a menores de conducta alterada y se produjeron tres categorías vinculadas directamente con el que hacer con el menor alterado, ya que se crean instituciones de tres tipos que enfrentan el tratamiento del mismo.

Todas estas consideraciones nos hacen concluir que el menor alterado emocionalmente se caracteriza porque manifiestan desajustes en esta esfera, o en su esfera social o en ambas a la vez. Esta consideración nos lleva al planteamiento de que el menor con estas alteraciones debe ser considerado un niño-dual: niño-padres. Es decir que nos quedaríamos a media si caracterizamos solamente al menor y no consideramos la caracterización del medio familiar. Además del planteamiento de posibles actitudes rechazantes, sobreprotectoras, perfeccionistas, etc. de los padres tenemos que considerar las condiciones materiales de vida, la atención escolar y social que el niño recibe en general.

En nuestro país el niño alterado emocionalmente puede ser detectado por los padres, los maestros o la sociedad en general.

Cuando son los padres los que se preocupan a la primera persona a la que acuden es al médico de la familia. Este médico si no puede resolver los problemas planteados remite al menor a la consulta de Psicología Infantil del Policlínico o del Hospital Pediátrico correspondiente. En estas consultas se realiza un estudio psicológico y psiquiátrico del caso para arribar a un diagnóstico primero y después a la instauración del tratamiento correspondiente.

Cuando es en la escuela donde se detectan las alteraciones los padres son citados por el Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO) donde serán atendidos por un equipo interdisciplinario que arribarán al diagnostico de la alteración y tratarán al niño en el centro mismo o lo remitirán a una institución que corresponda.

Cuando es la sociedad la que detecta dispone de todas las instituciones antes mencionadas para canalizar la atención del menor.

La solicitud para el estudio y diagnóstico de los menores alterados emocionalmente puede realizarse pro las  vías instituciones siguientes:

·        Los familiares

·        Los Centros del Sistema Nacional de Salud

·        Los maestros y las escuelas

·        Los agentes de la autoridad y sus dependencias

·        Organizaciones sociales y de masas

De todas estas vías de remisión la más masiva es la de los maestros.

Con toda la información obtenida sobre el menor alterado y su familia se elabora un diagnóstico psicológico, pedagógico y médico de forma interdisciplinaria y como resultado de la discusión correspondiente.


En el proceso de estudio se realizan entrevistas, observaciones de la conducta, estudios clínicos, aplicación de tests psicológicos, pruebas de aprovechamiento escolar y situaciones experimentales, visitas a los hogares y a la comunidad, etc. lo cual permite determinar la dinámica familiar y escolar, así como las características individuales del sujeto que facilite establecer un diagnóstico lo más preciso y objetivo posible.

Para los especialistas del equipo interdisciplinario el estudio y diagnóstico es un proceso de búsqueda de conocimientos, para elaboración de hipótesis que expliquen las características del sujeto de estudio, las probables causas que las han producido y por último, las perspectiva de solución dl problema que presentan y las posibles vías o métodos, procedimientos y técnicas que se han de aplicar.

Dada esta característica esencial del diagnóstico, la mejor estrategia para realizar el estudio y las investigaciones del niño es mediante el empleo de la metodología del trabajo científico que exige el planteamiento o formulación sucesiva de hipótesis y su corroboración o no, a partir de la obtención de información por medio de métodos como la observación, las encuestas y los tests, en situaciones experimentales y, en general todos los procedimientos y técnicas para la búsqueda científica de la información según el caso. Todos los datos acumulados, el descubrimiento de las regularidades fundamentales del niño objeto de estudio, las coincidencia de la información y su correspondencia con la teoría y práctica acerca del proceso de formación de la personalidad y sin alteraciones, permiten elaborar un diagnóstico y un conjunto de recomendaciones encaminadas a  orientar y organizar un Sistema de influencias que conduzcan al desarrollo de las potencialidades y  a la transformación del sujeto.

Este enfoque  del proceso de diagnóstico se corresponde con la concepción de que el sujeto está en desarrollo y formación y por lo tanto, a la conclusión a la que se llega en un momento dado, no representa un estado o característica permanente, por lo que el diagnóstico se considera un proceso continuo que marchará conjuntamente con la estrategia de intervención que se realiza con el escolar y que ha de producir cambios positivos en el proceso de formación de la personalidad.

La atención al menor con alteraciones emocionales parte de una concepción integral de su tratamiento sobre la base de la creación de un sistema articulado, coherente y con un sólido fundamento científico, en donde se aúnan los esfuerzos médicos, pedagógicos, psicológicos y sociales.

Comenzaremos considerando el tratamiento que reciben en los Policlínicos y Hospitales Pediátricos. Aquí son atendidos directamente por psicólogos que se han adiestrado en técnicas psicoterapeúticas y por Psiquiatras Infantiles, el tratamiento puede ser psicofarmacológico o psicoterapeútico.

Sobre la psicofarmacología podríamos detenernos un largo tiempo dada, las experiencias realizadas. El hombre siempre ha aspirado a la obtención de sustancias capaces de regular su estado de ánimo y aún su conducta. Esta aspiración ha tenido más éxito para controlar depresiones y estados agresivos que para facilitar una conducta adecuada. La  Psicofarmacología es un ciencia reciente. En los últimos 30 años, desde el inicio de la enérgica investigación con los fármacos psicotrópicos, se han hecho evidente que los efectos de mayor importancia para la comprensión de las acciones clínicas de estos fármacos se ejercen a través de los mecanismos neurotrasmisores y hoy día se conoce aún muy  poco de sus interacciones con los fármacos psicotrópicos.

Se han planteado psicotrópicos: estimulantes, antidepresivos, ansiolíticas y hasta antiesquifrenizantes sin que ninguna halla quedado aún bien estructurada.

El trabajo psicoterapeútico hemos preferido considerarlo como un sistema de influencias organizadas y articuladas coherentemente en un programa de trabajo integral donde se reflejan concretamente las particularidades del proceso compensatorio.

Esta acción tiene un carácter psicológico, social y compensatorio. La cualidad fundamental de esta acción está dada por la aplicación sistemática de una atención individualizada al niño y a su familia. Consideramos que una teoría por sí sola no puede vencer la complejidad que entraña las alteraciones emocionales. Los estudios que investigan los resultados de los métodos psicoterapeúticos tradicionales con los niños no han sustanciado su eficacia. Se sabe que hoy  hay varios métodos recientes y prometedores que tienen variaciones en su alcance y su enfoque. La práctica y las investigaciones futuras determinarán su valor real.

En nuestro medio se ha preferido la psicoterapia grupal y hasta se han creado nuevos métodos de psicoterapia grupal, tales como psicoballet, la psicoterapia deportiva, etc. Aunque resultaría de interés la exposición de desarrollo de estas técnicas nos referimos al tratamiento que reciben los menores asistentes a las instituciones escolares.

Dado el carácter complejo que entraña las causas que producen las alteraciones emocionales en los niños y adolescentes, así como por la importancia que entre ellos poseen los aspectos de carácter social y pedagógico en nuestro país se ha considerado que el sistema de atención de este escolar debe responder esencialmente a concepciones y principios de carácter pedagógico y psicológico.

La Institución tiene que realizar sobre la base de un plan de actividades que se complementan entre sí dirigidos a transformar el mando interior del niño, a vencer la resistencia y neutralizar las influencias nocivas que contribuyeron a las dificultades en la educación mediante la unión y acción conjunta de maestros, padres, especialistas, la comunidad y los propios alumnos, porque no se puede concebir este proceso sin la participación del menor como ente activo. Es por esto que las medidas a tomar si bien son ofrecidas de manera general van a ser consideradas de manera individual tomando en cuenta factores específicos con cada caso.

El sistema de influencias está organizado a partir de actividades docentes educativos generales.

Consideramos la atención que recibe el menor en el centro de tres tipos fundamentales: médica, pedagógica y psicológica.

El proceso educativo de estos menores incluye el desarrollo de las actividades deportivas, recreativas y culturales, tanto como parte del Sistema Pedagógico General, como por medio de la vinculación a círculos de interés.

El seguimiento de los avances y retrocesos del menor le permite al pedagogo reestructurar su estrategia de trabajo, que es, a su vez objeto de análisis por toda la comunidad de especialistas del centro, con el objetivo de orientar el trabajo con el menor en función de su evolución y de los cambios en núcleo social.

Hemos considerado al menor con alteraciones emocionales como un niño-dual, por lo que los padres no pueden ser olvidados en este proceso de atención. Este trabajo lo desarrollan los centros que atienden a los menores bajo el concepto de "labor social" que comprenden: escuelas de padres, visitas a los hogares, entrevistas, correspondencia y seguimiento.

Las visitas a los hogares tienen un carácter obligatorio para los educadores.

Dichas vías se emplean en correspondencia con los particularidades y necesidades de cada familia.

Los menores tratados en los policlínicos y los hospitales pediátricos por psicólogos o psiquiatras infantiles son atendidos frecuentemente en forma individual mediante el consejo pedagógico o en pequeños grupos de Escuelas de Padres. En algunos casos se llega a aplicar psicoterapia familiar a los miembros de una familia determinada.

En el plan experimental que está llevando a cabo el Laboratorio de Trastornos Emocionales adscripto al Centro de Referencia Latinoamericano se contempla la plena capacitación del psicoterapeuta-maestro para llevar a cabo de manera sistemática la Escuela de Padres Terapeútica. Se trata de evitar que los mismos se inviertan en Reuniones Escolares con los Padres que están más circunscritas a los aspectos docentes.

Hoy nuestro país cuenta con todos los recursos humanos y materiales para las estructuras para la atención del niño con alteraciones emocionales sin embargo estamos todos conscientes que lo más importante es la prevención.

Para todos es bien reconocido que la identificación temprana de los casos de alteraciones emocionales e incapacidades de aprendizaje debe recibir una atención priorizada. En nuestro país la acción preventiva de los menores con alteraciones emocionales se lleva a cabo de manera coordinada con los Ministerios de Salud Pública y de Educación, y en particular cada uno aplica su práctica en este sentido. El Ministerio de Educación a través de su red de Instituciones realiza esfuerzos en la prevención primaria secundaria y terciaria. Participa activamente en el Sistema de atención a menores con problemas de conducta creado en 1982 compartiendo esta acción preventiva con el Ministerio del Interior.

En las escuelas la prevención se presenta en tres aspectos esenciales: Detección e identificación temprana y caracterización, integración de todos los factores escolares y comunitarios para la elaboración y aplicación de la estrategia de intervención y el seguimiento. Los consejos de escuelas, maestros y organizaciones de masas en la Comunidad participan activamente en esta tarea.

Aunque el trabajo en la prevención se ha hecho cada vez más popular, no ha resultado una idea de aplicación sencilla por su magnitud y complejidad. Continuamos haciendo los máximos esfuerzo en esta dirección porque estamos convencidos que es mejor preveer que rehabilitar.

Regresar