ALTERNATIVAS DE TRATAMIENTO INDIVIDUAL AL NIÑO CON TRASTORNOS DE LA CONDUCTA

 

Lic. Mercedes Pérez

 

El menor con alteraciones de la conducta se caracterizan por manifestar desajustes en la esfera personal, en su esfera social o ambas a la vez.

 

Desde el punto de vista general estos niños y adolescentes con trastornos de la conducta tienen manifestaciones conductuales alteradas como resultado de la influencia durante un tiempo prolongado, de situaciones traumáticas y conflictivas y de vivencias negativas del sujeto los cuales dañan o alteran la formación de su esfera emocional volitiva.

 

Los trastornos de la conducta surgen como entidad diagnóstica solo cuando existe una estabilidad en las características externas e internas de la personalidad en formación del escolar, así como de su resistencia al tratamiento o a la labor educativa que reciba.

 

Desde el punto de vista sintomático las manifestaciones características de  los trastornos de la conducta son las siguientes:

 

·        Desinhibición psíquica y motora (hiperkinesis)

·        Inhibición psíquica (aislamiento)

·        Inadaptación neurótica

·        Fugas

·        Agresividad entre otras

 

El niño hiperkinético se caracteriza por la hiperactividad, intranquilidad, concentración lábil, pobre control de impulsos. Estas características determinan dificultades en la conducta y el aprendizaje escolar.

 

La atención individual a estos casos implica l selección de actividades que imponen paciencia y relativa responsabilidad, el control de los resultados del trabajo, integrarlos a brigadas de trabajo colectivo, de ordenamiento reparaciones, trabajos agrícolas y pecuarios, así como ,los trabajos de la  plástica y cerámicas.

 

Incluirlos en talleres, bandas rítmicas donde tengan que realizar movimientos coordinados y procedimientos de acción.

 

Es importante propiciar la participación en juegos, que demanden atención, control disciplinario y reacciones volitivas, como por ejemplo ajedrez, parchis, dominó, yakis, etc.

 

En la familia debe proporcionársele juguetes apropiados a la edad y que requieran de un empleo profundo de la atención, la paciencia, la estabilidad. Es valioso darle responsabilidades en el hogar y planificar paseos donde puedan expansionarse.

 

El niño que se caracteriza por la timidez y aislamiento tiene de base una inhibición psíquica que dificulta las relaciones interpersonales con tendencias siempre al retraimiento. Hay apego sólo a algunas personas de su intimidad familiar y mantiene un excesivo respeto a la autoridad a estos niños las actividades teatrales le dan grandes oportunidades de eliminar o aminorar el miedo escénico y la inseguridad. Los juegos activos y socializados, así como los juegos de salón son favorables también.

 

Es valioso utilizar con ellos las actividades competitivas y socializadoras de la Educación Física y Deporte, siendo beneficiosa la gimnasia, el ballet, el atletismo, voleibol, béisbol, baloncesto, etc.

 

En el hogar es correcto planificar paseos excursiones donde sientan la necesidad de relacionarse con otros niños. No limitarlos en su relación con otros niños, ni exigirles juegos solitarios en el hogar y sólo con adultos. Darle responsabilidades que deba resolver en forma independiente: Ej: ir a la bodega, ayudar en labores domésticas de acuerdo a sus posibilidades de edad y sexo.

 

La inadaptación neurótica en algunos niños se da in estructuración definida pues solo aparecen algunos síntomas tales como ansiedad con sus acompañantes somático como onicofagia, inquietud motora, síntomas aislados de carácter histéricos, obsesivo-compulsivo, fóbicos y depresivos. Se muestran también inhibidos y excesivamente dependientes  para  su edad.

 

Estos síntomas se exacerban o atenúan en relación con situaciones ambientales y pueden evolucionar hacia la neurosis.

 

En los estados ansiosos es recomendable consultar al Psiquiatra para un tratamiento más específico y clínico. Además hay que brindarle seguridad y reforzamiento positivo a sus éxitos, evitar situaciones de tensión.

 

Cuando se le presenten crisis histéricas lo más conveniente es ignorarlo y restarle importancia a los síntomas que experimente. Es importante también de intereses y manifestaciones egocéntrica y someterlo a tratamiento psicoterapeútico.

 

Brindarle en general un ambiente seguro de más independencia con situaciones agradables para la vida en común.

 

Los niños y adolescentes con conductas fugitivas huyen de las situaciones amenazantes por un día o más sin permiso de los mayores.

 

La personalidad de éstos puede ser tímido o inmaduro pero no necesariamente se sienten rechazados en el hogar y solos. con frecuencia cometen robos furtivamente.

 

Importante resulta que en estos casos de fuga el maestro converse mucho con el niño para conocer las causas de esta reacción, si han existido fugas anteriores, cómo se relaciona con sus padres, si acostumbra a callejear y cómo reacciona ante la exigencia de los adultos.

 

Valorar cuál es la conducta de los padres hacia el niño y que modelo le ofrece desde el punto de vista educativo al mismo.

 

Es correcto también conocer el papel del niño en el grupo familiar y escolar.

 

Cuando la fuga es de varios niños en la escuela es necesario conocer quién es el líder, las facultades personales de éste y las capacidades de integración del grupo así como la capacidad de asimilar la persuasión.

 

Brindar apoyo a estos alumnos, disminuir su ansiedad y dar afecto son tres variantes importantes de tratamiento.

 

Cuando las fugas son ocasionadas por un problema causado por errores de crianza, en general por mal manejo familiar debe establecerse una diferencia entre la escuela y la casa, entre la maestra y la madre de manera que el trato se afirme y con autoridad pero afectivo y cariñoso, donde se mantenga el respeto mutuo.

 

Si las fugas son de carácter sistemático y no reacciona el alumno a los métodos educativos utilizados es necesario intensificar la acción terapéutica.

 

La agresividad no socializado es una característica que puede presentar un niño o adolescente con trastornos de la conducta. Estos se manifiesta o encubierta, actitud pendenciera, agresividad verbal o física o ambas inclusive, espíritu de venganza y destrucción, fuertes perretas y robos solitarios. Son mentirosos y gustan de molestar a otros niños con bromas crueles. Estos niños o adolescentes carecen de aceptación por el grupo y el manejo familiar es desfavorable.

 

En el tratamiento individual a estos casos es conveniente la utilización de variedad de actividades colectivas sujetas a reglas y estableciendo límites las que permitan una mayor socialización, fortaleciendo siempre la posición del niño ante el grupo.

 

Es importante también asignarle responsabilidades, velar porque las cumplan bien y resaltar sus logros ante el colectivo, evitar contrarrestar sus actos agresivos con las mismas manifestaciones agresivas. Es necesario manejarlo con firmeza, no empleando la rudeza y el autoritarismo.

 

Se le propiciarán actividades que exijan gastos de energía como correr, saltar, trepar, jugar a la pelota, boxeo y judo que les permita descargar sus impulsos de una forma socialmente aceptable.

 

Es importante acostumbrarlo a prestar servicios a los más pequeños, impedidos, cuidar animales lo cual estimula el sentimiento de protección a los más débiles y cooperación con los demás.

 

Cuando se trata de niños y adolescentes con delincuencia grupal nos referimos a aquellos que forman parte de un grupo para realizar actos delictivos permaneciendo fuera de su casa hasta altas horas de la noche y aún durante varios días. Las principales causas de estas manifestaciones son de naturaleza social, socio-familiar y socio-ambiental.

 

Con todos los casos analizados el trabajo colectivo en grupo es importante pero con los temores de delincuencia grupal mucho más.

 

El trabajo en grupo posibilita la interiorización de normas correctas y desarrolla sentimientos colectivistas.

 

Es necesario que estos alumnos aprendan a valorar a los demás y a sí mismo.

 

El ambiente donde se relacionen debe ser agradable y deben ser aceptados por los demás buscando que por sobre todo el grupo aprenda a aceptarlo y se interese por sus éxitos y bienestar.

 

Importante resulta manejar en el tratamiento el castigo y la recompensa como métodos educativos.

 

El carácter preventivo del tratamiento en la escuela a todas estas manifestaciones exige de una educación sistemática y coherente, deporte, trabajo y de recreación, así como de un tratamiento intensivo a la familia.

 

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