NERVIO ROTO

 

P or el hilo infinito de las cosas

A sí lentamente tu existencia,

R íes, y en esa tu expresión indefinida de emociones

A ún puedes cimbrar tu cuerpo, con la ayuda de esa,

tu fuerza, que se te está esfumando.

L uchas. y en ese duelo del David contra el gigante,

I luminas aún más mi fe que en ti poseo.

S ostienes tu estructura en dos maderos, dos ruedas,

dos metales,

I  ntentado así, suplir la carne tibia

de tu nervio roto...

S  on esos apenas, dos fierros glaciales pero tu ánimo

y tu corazón rompen con mucho esos medios

construidos por el hombre.

Y, si no impulsas tu cuerpo en la distancia,

tus ideas,    se esparcen gloriosas y  a ellas,

hijas de un cuerpo aprisionado como el tuyo,

no les dio el creador la barrera infinita de la muerte

 

Arnoldo Ramírez

 

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